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viernes

117. Gundián, el agua milagrosa de la Virgen

Sobre la carretera nacional 525, junto al río Ulla, un discreto desvío marca el camino. Pocos metros después, la pista se estrecha tanto que apenas cabe un coche. Y prácticamente así se mantiene hasta  llegar al atrio del Santuario de Gundián, un lugar de curación de referencia en la comarca durante décadas.

Desde el atrio, rodeado de una amplia área recreativa, se escucha por todos lados el sonido del discurrir del agua. Y no es solo que el río Ulla pasa a pocos metros, sino que en las piedras y bajo el suelo fluyen cursos de agua, algunos de ellos canalizados como fuentes.

Fuente utilizada para el rito de curación
El más importante de todos se encuentra en la propia pared del templo, en el lateral que está hacia el río Ulla. Se trata de una fuente que se encuentra coronada por una imagen de la virgen con el niño en brazos , esculpida en piedra y que evoca a las antiguas esculturas románicas. La imagen que se encuentra actualmente es moderna, la antigua posiblemente perteneció al monasterio de San Xoán de Cobas, que se encontraba al otro lado del río y que una riada hizo que desapareciese por completo.


De todos modos, las aguas que mana esta fuente, canalizadas desde el interior de la iglesia, se utilizaron durante décadas para curar todos esos males de diagnóstico impreciso que afectaban especialmente a los niños y que provocaban una alta mortalidad infantil. Así, el día de la romería de la Virxe de Gundián, el 8 de septiembre, cientos de personas se reunían en este lugar para completar el ritual sanador con las aguas de la fuente.

El rito sanador


Según explica Juan Fernández Casal en 'A Virxe de Gundián', "los padres con sus hijos enfermos se ponen frente al manantial para dar el baño curativo a los pequeños. Totalmente desnudos, le van echando agua por todo el cuerpo. Las ropas que traían las tiraban por encima del cerco y le ponían otras nuevas que traían preparadas. Estas ropas, en otros tiempos de más necesidad eran aprovechadas por otros padres que aún no tenían niños enfermos... (./.) Esta terapia se completa llevando al niño hasta la imagen de la Virgen para que la bese, o al menos que le toque el manto. Para que no se roce el tocado de la Virgen, había la costumbre de ponerle un mandil por delante. Al pie de la imagen había una persona encargada de acercar a los niños hasta la santa". Y como refuerzo de la terapia curativa llevaban para casa una botella del agua de la fuente, por si hiciese falta. Los padres, agradecidos, dan una limosna a la santa, pero era costumbre ofrecer a la Virgen el peso del enfermo en trigo, si curaba los males".


El baño en la fuente de Gundián servía para curar ese amplio abanico de males que se prescriben en la tradición gallega, como males de aire, meigallos, enganidos, etc., además de otros relacionados con el habla y con el labio leporino.

En las últimas visitas que hice a este santuario es posible ver algunos sencillos exvotos, como flores o cintas, en la imagen que preside la fuente.

La iglesia

El templo dedicado a la Virxe de Gundián es de estilo barroco y de factura sencilla, con un pórtico con dos ventanas y una espadaña con dos pequeñas campanas. La imagen del interior es de estética más moderna que la de la fuente.

Llama mucho la atención que el pequeño templo está junto al enorme viaducto que cruza el Ulla para posibilitar el paso del tren.


Y una última curiosidad. Si bien el templo se encuentra en la provincia de Pontevedra, pertenece jurisdiccionalmente a la de A Coruña.





Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"



Cómo llegar:

42.78190256069665, -8.392564822088607


Cerca de aquí:

94. Vedra, la fuente de la reina Lupa

La exposición de fotos, en la Librería Aenea de Santiago

Un placer compartir un rato agradable entre libros y fotografías de "50 lugares máxicos de Galicia" en la inauguración de la exposición de fotos en la Librería Aenea de Santiago. Muchas gracias a Lola por la invitación y a tod@s los que asistieron ayer al acto.
La muestra, que consta de una decena de imágenes, se puede visitar hasta finales de septiembre en Aenea, Rúa Irmáns Rey Alvite, 3 - Santiago.




martes

Compostela Mágica, nuevo libro-guía sobre la ciudad de Santiago y sus leyendas


Ya se encuentra en las librerías mi nuevo libro, "Compostela mágica", esta vez dedicado íntegramente a la ciudad de Santiago y la epopeya jacobea. Se trata de una guía con numerosas fotografías en color y muy manejable que recopila los principales mitos, leyendas y ritos en torno a la ciudad y la figura del apóstol. 

Así, el primer bloque de lugares es en realidad una visita exhaustiva por la catedral y sus historias míticas. Primero un periplo por el exterior, para luego visitar diferentes puntos del interior del templo compostelano.

En el bloque de "Leyendas de Compostela", el libro recorre las principales leyendas que nacieron al calor de las creencias populares y tradiciones, así como los hechos considerados como milagrosos que cambiaron para siempre el aspecto de la urbe.

Finalmente, un tercer bloque de lugares reconstruye la epopeya jacobea visitando los lugares donde la tradición dice que predicó Santiago, así como los enclaves relacionados con la traída del cuerpo desde Tierra Santa.

Para facilitar la localización de cada uno de los enclaves propuestos, el libro-guía tiene unos códigos QR en cada lugar, de modo que cuando los escaneas te programa el Google Maps para utilizar el teléfono móvil como navegador.

Es un libro pensado para quienes viven en Galicia y desean conocer algunos detalles sobre las leyendas compostelanas, como para los que finalizan el Camino de Santiago en cualquiera de sus itinerarios.

Si tenéis oportunidad de leerlo, espero que os guste.





sábado

115. Monte do Pindo, ritos curativos en A Moa


Era una asignatura pendiente en este blog el contar algunas de las numerosas historias que, a lo largo de siglos, se fueron forjando en las cumbres de O Pindo, el llamado "Olimpo celta". Y es que merece mucho la pena conocer este monte sagrado, tanto por su naturaleza, sus leyendas y las creencias mágicas que se fueron tejiendo en este "desierto de ipiedra", como lo llamó José Barreiro Barral en su libro monográfico sobre esta montaña emblemática de Galicia.

Como los montes de O Pindo son muchos y cada uno tiene sus propias historias, quería compartir en este blog apenas una pequeña parte de los muchos asuntos que llevaron a nuestros antepasados a las cumbres de esta montaña sagrada. Así, solo nos centramos en el entorno de A Moa, quizá la cumbre más emblemática de este "olimpo gallego".


Antes de subir a la parte más alta de A Moa, especialmente si accedes al monte por la aldea de O Fieiro, pasarás por el Campo da Moa Darriba. Allí se celebraba un rito de curación para el mal de "formiguiño", una dolencia que podía afectar tanto a animales como a personas y que forman parte de esos males diagnosticados por la medicina popular de Galicia, de la familia del "tangaraño" y la "eirisipela". Así, el afectado por esta dolencia debía recostarse en el suelo y sus acompañantes excavaban una silueta en la tierra, sacando los terrones y colocándolos sobre una piedra. La tierra debía secarse y, cuando lo hacía, se consideraba que el enfermo estaba curado.

Este ritual recuerda mucho a otro que se realizaba en los olivos que están junto a la iglesia del Divino Salvador de Saiáns (cap.14 de "50 lugares mágicos de Galicia"). Allí se llevaban a los niños afectados, se cortaba la corteza de uno de los árboles con la silueta del pie del pequeño y se dejaba secar en la chimenea. Al igual que en el Campo da Moa, el pequeño se consideraba curado cuando la corteza del olivo estaba seca.

 

Las "pías" y el agua caída del cielo

Otro de los ritos curativos de A Moa tiene lugar en las "pías" que están en la cumbre de este macizo. Allí se forman pequeñas piscinas en las que el agua de lluvia se mantiene durante bastante tiempo. 

Esta agua, que se considera especialmente pura por ser caída del cielo y, sin más, conservada en las "pías", es considerada beneficiosa para diferentes asuntos y es usada para lavar manos y cara.

 




Qué más ver

El "gigante"
Cerca de A Moa hay varios asuntos que puedes ver. Por una parte, junto al merendero cercan se encuentran los restos de una ermita, concretamente en el Alto das Cortes, donde actualmente hay un merendero. Muy cerca de allí se encuentra una cueva en la que existe una leyenda de un tesoro. Y, entre las muchas piedras con formas caprichosas que te encontrarás en el camino, puedes encontrar al "gigante", la "pedra do Druida" y otras muchas que evocan formas humanas y animales.

Queda para otra ocasión el visitar Penafiel, las tumbas de la reina Lupa, el anatema de excomunión, la Casa da Xoana y otros tantos lugares mágicos que encierra el "Olimpo celta".

Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"

Mi agradecimiento a Rafael Quintía, Manuel Carballal y Marcos Conde por acompañarme en la última visita a este monte singular.

Cerca de aquí puedes ver:

110. (Todas) las barcas de Muxía

114. Sta Cristina de Ribas de Sil, el árbol de san Benito

Una visita al antiguo monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil es recomendable tanto para los amantes de la naturaleza de la Galicia interior, como para los que deseen recorrer uno de los cenobios medievales más importantes de la Ribeira Sacra durante la Edad Media. Cualquiera que sea el motivo de este viaje, no te pasará inadvertido un castaño centenario que está en la entrada de este conjunto medieval, conocido como "árbol de san Benito", que se convirtió en un lugar de devoción popular.

En el centro del árbol hay una imagen con la silueta del santo y otra de santa Cristina, a quien está dedicado el conjunto monacal. A su alrededor, colgado de las ramas, hay cientos de objetos personales que los devotos fueron dejando a lo largo del tiempo. Monedas, pulseras, fotografías personales, collares, rosarios, llaveros y un amplio abanico de piezas que los visitantes depositan en este altar popular. Entre todos los elementos, llama la atención un cartel escrito a mano que reza: 

San Benito glorioso te pedimos
 por esta bendita imagen no castiñeiro
cures os nosos males
e guíanos por bo sendeiro
Padre Nuestro

La imagen de san Benito se debe a que la orden que regentaba este monasterio era la de los benedictinos. La otra imagen religiosa que está en el árbol, la de santa Cristina, es debido a que el conjunto monacal está dedicado a esta santa.

El origen de este cenobio se sitúa en el siglo X, aunque la iglesia -que se puede visitar- data de los siglos XII y XIII. 



En el interior se conservan pinturas del siglo XVI de santa Lucía, santa Bárbara, la virgen san Juan y santo Domingo.

El claustro también merece una visita, en la que se puede apreciar cómo vivían los monjes en este lugar, arropados por una naturaleza exuberante.

En un entorno de pocos kilómetros a la redonda se pueden visitar otros monasterios medievales y miradores con vistas de vértigo.


Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"

Cómo llegar:

https://goo.gl/maps/rbpVu9PLtBYV

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Falei deste tema no programa "A Tarde", da Radio Galega. Podes escoitalo aquí

 

Cerca de aquí puedes ver:

103. Valencia do Sil, las costureras convertidas en piedra

lunes

25. A Xestosa, la tumba milagrosa (Vídeo)

 En lo alto de la sierra de Avión hay una pequeña ermita que convoca a muchos devotos en la romería de la Virxe da Xestosa. En la parte posterior de la iglesia hay una tumba que siempre tiene agua. Mojar las partes afectadas con el agua, preferentemente utilizando una miga de pan, dice la tradición que cura los males de la piel.

Hice un pequeño vídeo en este lugar, digno de visitar:



sábado

11. El miliario de Guizán (vídeo)

 El miliario de Guizán marca hoy los límites entre las parroquias mosenses de Louredo y Guizán, con la redondelana de Vilar, pero en realidad es un poste romano de tiempos de Adriano. A finales del siglo XIX intentaron llevárselo a Pontevedra, pero los vecinos no les dejaron. Lo cuento en el vídeo y en el libro.



113. San Xoán dos Vaos, la iglesia de las cinco calaveras

 De todas los elementos que forman parte de la ornamentación de las iglesias, una de las que más llama la atención es la de huesos humanos. En la Península Ibérica son conocidos templos como la Capelinha dos Ossos de Évora (Portugal) o la de Wamba (Valladolid). En Galicia hay cerca de media docena de iglesias que tienen esta curiosa decoración. De todas, la más llamativa es la de San Xoán dos Vaos (o Baos),

Visitamos en esta ocasión una pequeña aldea del concello de Ribeira de Piquín, situada al este de la provincia de Lugo. En el extremo oeste del caserío se encuentra la iglesia dedicada a San Xoán. Desde las últimas casas se accede al templo subiendo una escalinata y rodeando la iglesia, ya que la entrada principal se encuentra en el extremo opuesto, donde un cementerio pone límite a la aldea.


El acceso al templo se realiza a través de un pórtico y es ahí donde se encuentran las cinco calaveras que llama la atención de los visitantes. Diría yo que es difícil no verlas. En la pared interior, sobre un hueco que simula una ventana, se pueden ver los cinco cráneos incrustados en la pared. Cuatro forman un cuadrado y el quinto, en la parte superior, forma un triángulo con los dos situados en el medio. Están incrustados en la pared calada, de forma que parecen emerger del interior del muro, y todos carecen de mandíbula. No fueron colocados ahí para ser tocados, a modo de reliquias funcionales, ya que los dos de más abajo están a más de 2,6 metros del suelo. Y un apunte más: antiguamente, el pórtico de esta iglesia era un lugar de enterramiento, hasta que se habilitó el actual camposanto, Esta puede ser una pista sobre cuál es el motivo de la presencia de las calaveras en la pared.


¿De quién son los cráneos? ¿Cuál es su función?


La falta de documentación hace que no se sepa nada de a quién pertenecen las calaveras ni porqué están ahí colocadas. Se sabe que esta iglesia perteneció a la Orden de San Juan de Malta, algunos detalles del los siglos XVII y XVIII y poco más. Sin embargo, algunos investigadores han aventurado teorías sobre la presencia de estas calaveras.

Antiguos frailes o fundadores: en algunas iglesias del norte de la Península Ibérica y del sur de Francia he visto que se conservan los cráneos de los fundadores de una iglesia o monasterio como una reliquia. Por ejemplo, en la iglesia de Santiago, en Gavarnie (Francia) se conservan unos cráneos, supuestamente, de los fundadores. En este caso, no están incrustados en la pared, sino dentro de una caja de madera.

Una advertencia a los fieles: Las cinco calaveras son más fáciles de ver cuando se sale de la iglesia que cuando se entra, por lo que podría ser una especie de advertencia a los fieles sobre la fragilidad de la vida y la “necesidad” de seguir las costumbres cristianas.

Para un rito de enterramiento: al igual que existe en muchas iglesias de España, en los lugares donde se velaba un fallecido existía una especie de ventana por la que se creía que salía el alma del difunto. Podría ser esta la utilidad de la abertura que está abierta por debajo de las calaveras, que serviría para pasar el féretro desde el interior del “cabildro” (como llaman los vecinos a este espacio de la iglesia) al cementerio. Recordemos que el pórtico donde están las calaveras era un lugar de enterramiento hasta fechas relativamente recientes.

Señalización de un osario: En muchos recintos utilizados como osarios se señalizaba con una calavera la utilidad del lugar donde se depositaban los huesos de fallecidos, a veces con una escultura en forma de calavera y otras directamente con un cráneo. En este caso, difícilmente pueda tratarse de esta opción.

GPS: 43.18071153703465, -7.1654263457657486


Otras iglesias con calaveras

En Galicia existen otros templos con cráneos incrustados en la pared, dos de ellos localizados a poca distancia de Ribeira de Piquín:

Santa Comba de Órrea (Riotorto): en el interior de la iglesia, junto a una pila, hay un único cráneo que mira al altar.

Santa María de Conforto (A Pastoriza): también existe un único cráneo sin mandíbula, situado junto a una pila de agua bendita en el interior del templo.

San Salvador do Val do Mao (O Incio): varias calaveras incrustadas en el interior de la iglesia.

Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"



Qué más ver en Lugo:

77. Augasantas de Pantón


5 RITOS de los peregrinos en la CATEDRAL DE SANTIAGO

Siglos de peregrinación y costumbres que se fueron afianzando con el tiempo han consolidado cinco ritos que los peregrinos realizan al llegar a la Catedral compostelana. Algunos se han perdido -quizá para siempre-, pero otros siguen vivos. Les detallo los cinco más importantes:

1. ABRAZAR AL SANTO


Es el más conocido y todo un clásico. Además de visitar la cripta donde se encuentran las reliquias del santo, los peregrinos suben luego al altar, donde se accede a la parte posterior de la imagen de Santiago. Es costumbre abrazar la imagen, aunque su tamaño a veces impide hacerlo con toda la plenitud. 

Al menos en Galicia, es muy habitual tocar las imágenes santas para impregnarse de su influjo. Se realiza en docenas de iglesias, en las que se pasa un pañuelo o se toca al santo para tener contacto con su santidad. En este caso, la posibilidad de abrazarlo es una forma superlativa de pedir su protección.



2. CINCO DESEOS EN EL PÓRTICO DE LA GLORIA


Nos dirigimos ahora al Pórtico de la Gloria, una de las obras clave del arte compostelano. Hace poco fue restaurada la pintura original de la obra del Maestro Mateo, pero antes, cuando el acceso al recinto se realizaba desde la plaza del Obradoiro, los visitantes realizaban largas colas para poner los cinco dedos de su mano en la columna principal del pórtico, junto en un lugar en el que hay cinco huecos para cada uno de los dedos. Una vez en posición, se pedían cinco deseos.



3. EL SANTO DE LOS CROQUES


Tras la columna central hay una imagen de un hombre arrodillado, mirando hacia el altar en posición de oración. Los expertos aseguran que se trata de una representación del Maestro Mateo, el artista que esculpió el Pórtico de la Gloria. Allí también se formaban largas colas para, cabeza con cabeza, dar tres leves golpes a la imagen. El fin de este sencillo ritual es que se "transfiera" la sabiduría del artista a la persona que realiza los croques.





4. EL MILAGROSO JESÚS DE A CORTICELA

Nos dirigimos al otro extremo de la Catedral para entrar en la capilla de A Corticela. Se trata de un antiguo templo que originalmente estaba separado, pero que con las ampliaciones fue integrado en el recinto compostelano. 

Entrando a la izquierda, sobre el muro exterior de la capilla, hay una imagen que representa a Jesús orando en el Huerto de los Olivos. Justo debajo de sus manos hay un pequeño cestillo que recoge las peticiones de los visitantes. Es muy habitual que el demandante deje caer el papel escrito desde el hueco que forman los brazos de la imagen, con la intención de que caiga dentro del cesto. Se interpreta que, si esto ocurre, el deseo será cumplido. Ver más>>



5. DEJAR LAS ROPAS EN LA PLAZA DE LA AZIBECHERÍA


Antiguamente, los peregrinos que llegaban a la iglesia compostelana dejaban las ropas que habían utilizado durante su peregrinación en los tejados de la Praza da Azibechería. Hace mucho tiempo que no se realiza este rito, pero el simbolismo de dejar las ropas viejas al completar el camino, con el fin de comenzar una nueva etapa en la vida, sigue vivo en las peregrinaciones de hoy en día. Así, vemos que muchos caminantes dejan su calzado en numerosos puntos del final de la ruta jacobea, como en el Monte do Gozo o en Fisterra. 


Si estás en la catedral, quizá te interese esto:

87. Compostela, la sombra del peregrino


jueves

"50 lugares máxicos de Galicia", nas librerías

 


É un desexo cumprido. Desde que se publicou en 2011, moita xente preguntoume cando sairía a versión en galego. Pois xa está nas librerías. Trátase dunha versión ampliada e actualizada, con máis información e máis páxinas.

Espero que vos guste.

Un saúdo!

Índice:

Introducción: Unha terra máxica

1: Santa María do Cebreiro
O Graal do Camiño de Santiago

2: Santa Trahamunda de Poio
De Córdoba a Pontevedra nun ‘Amén’

3: A Virxe do Cristal
Posiblemente, a aparición máis pequena do mundo

4: A Franqueira
Milagre entre mouros e cristiáns

5: San Ero de Armenteira
O soño de trescentos anos

6: Fisterra
O Cristo que chegou do mar

7: San Brais de Aguete - Marín
Croques para a dor de cabeza 

8: Serra de Outes
San Campio contra o meigallo

9: San Cibrán de Tomeza
Pedras contra o mal de ollo

10: O sartego de Orcavella
Fertilidade no fin do mundo

11: O miliario de Guizán
Un poste romano para procrear 

12: Arcos-Ponteareas
O oráculo dos namorados

13: As campanas da Espenuca
E outras igrexas fecundadoras

14: Divino Salvador de Saiáns
Oliveiras para curar males da alma

15: A barca de pedra de Muxía
Un oráculo xunto ao mar

16: San Alberto de Ribeira
As tellas din se te vas namorar

17: San Bieito de Cova do Lobo
Tres marías contra o tangaraño

18: O sartego de Trasmonte
A antiga tumba que cura

19: Monte Aloia - Tui
A máxica cama de San Xulián 

20: San Xulián de Luaña
A procesión trae a chuvia

21: Bautismo na ponte románica
Benditos antes de nacer

22: O carballo de Luxís
E a máxica fonte de San Xulián

23: A Lanzada
As nove ondas bendín o teu ventre

24: Nosa Señora de Augasantas
A fonte que devolve a vista

25: A Xestosa
A milagrosa tumba sen nome

26: Limia
O río do esquecemento

27: A Madalena de O Son
A auga que cura as feridas

28: Santa Mariña das Augas Santas
As tres fontes milagrosas

29: Milagros de Amil
A fonte e a imaxe 

30: A Escravitude
Onde sandou o peregrino

31: Santa Eulalia de Bóveda
O templo das ninfas 

32: Coiro-Cangas do Morrazo
A praia dos aquelarres

33: Quintana dos Mortos de Noia
O encriptado cemiterio templario

34: Fisterra - Duio
A cidade perdida do fin do mundo

35: Mogor - Marín
O labirinto astronómico

36: O Pasatempo de Betanzos
O parque masónico 

37: Portalén
A entrada ao mundo dos mortos

38: Dolmen de Axeitos
O túmulo dos xigantes 

39: Boqueixón - Pico Sacro
O máxico monte da serpe

40: Santa María de Iria Flavia
O corpo do bispo santo

41: Padrón
O Pedrón donde amarrou a barca

42: Santiaguiño do Monte
Onde o santo predicou aos pagáns

43: Catedral de Santiago
Templo de coñecementos ocultos

44: Catedral de Santiago (II)
Os ritos do peregrino

45: San Domingos de Bonaval
Xustiza para o inocente 

46: San Francisco de Asís en Santiago
O tesouro agochado do carboeiro

47: Santo André de Teixido
Onde peregrinan os mortos e os vivos

48: Santa Marta de Ribarteme
A procesión dos cadaleitos 

49: Lalín - O Corpiño
A virxe dos endemoñados

50: A Coca de Redondela
A procesión do dragón vencido

CIDADES MÁXICAS

Pontevedra masónica
Símbolos e arquitectura esotérica

Vigo
A cidade da oliveira templaria

A Coruña
A urbe fundada por un heroe

Ourense
A cidade das misteriosas burgas

Lugo
A milagre de San Froilán

Ferrol
Unha cidade de lenda 

Bibliografía

Agradecementos

Donde conseguilo:

https://www.amazon.es/dp/8412117107?ref=myi_title_dp


miércoles

110. (Todas) las barcas de Muxía

En "50 lugares mágicos de Galicia" le dedico un amplio capítulo al santuario de Nosa Señora da Barca, de Muxía. Cuando se editó el libro, por razones de espacio, no pudieron entrar todas las fotos, por ese motivo añado en este blog algunas imágenes más y otros comentarios que completan la información del libro.
Este santuario forma parte de la tradición jacobea, ya que aquí dice la tradición que la virgen se le apareció al apóstol Santiago, cuando aún en vida predicaba en estas tierras. Según la leyenda que sustenta este relato, la madre de Jesús vino en una barca de piedra y algunas de las partes aún quedan -siempre según la creencia- entre el mar y el santuario. 
Son estas:



La vela


Es la más grande de todas y se conoce como "Pedra de abalar". Su nombre viene de que antiguamente se movía a veces, por lo que se utilizaba como una ordalia, o juicio de Dios. Se colocaba a la persona dudosa, un reo por ejemplo, y solo si la piedra se movía podía probar su inocencia. Hace años que no se mueve, ya que el mar la sacó de su emplazamiento. Cuando visitamos la última vez el santuario, un trozo de la piedra (se ve que le falta en la foto) estaba en atrio de la iglesia.



La quilla

Es la "Pedra dos Cadrís", que protagoniza un rito por el que hay que pasar por debajo un número impar de veces para librarse de los males del riñón y de la espalda. Hay gente que ve en esta piedra la vela y en la anterior la estructura del barco, pero la original es al revés.





El timón

Un poco más alejado de las otras dos partes está el que la tradición llama el "timón", una piedra en forma de bota que recuerda esta parte de la barca







Las otras barcas

 En el interior de la iglesia hay numerosas maquetas de barcos, que hacen honor al nombre del santuario. Algunos son barcos pesqueros, donados por devotos, mientras que otros son barcos militares, como una maqueta del Juan Sebastián de Elcano (buque escuela de la Armada española)o incluso un submarino. Según nos explicó el párroco, algunos son ofrendas, mientras que otros son simples donaciones de maquetistas.



En este enlace hablo de este asunto en la sección Galicia Máxica, del programa A Tarde, de la Radio Galega: http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-tarde-a-tarde-do-dia-15-11-2019-4213601

Cerca de aquí puedes visitar:

sábado

109. San Andrés de Teixido, ataúdes y otras ofrendas


Vista desde el atrio e iglesia
Siempre es un placer volver a San Andrés de Teixido, uno de los lugares más mágicos de Galicia. En mi libro le dedico un extenso capítulo al que posiblemente sea uno de los santuarios más tradicionales de la geografía gallega. Además, en el entorno está uno de los mejores paisajes de Galicia y es un lugar increíble en cuanto a belleza natural y tranquilidad. Fue una buena oportunidad para sacar nuevas fotos, para visitar los amilladoiros, ver la “barca de San Andrés”, la fuente a la que dice la tradición que se le puede preguntar si la petición al santo se cumplirá y ver cómo aún se mantiene viva la tradición de las figuras de pan y las “herbas de namorar”. Pero, sobre todo, recordar la frase inmortal que define a este inigualable santuario: “A San Andrés de Teixido, vai de morto quen non foi de vivo”, que justifica la creencia de que los pequeños animalitos que te encuentras en el camino, incluso las piedras, podrían llevar dentro el alma de quien debe hacer este periplo después de fallecido. La leyenda que justifica esta creencia asegura que Jesús pasó un día por aquí y se encontró con San Andrés. El apóstol se quejó de que a este lugar de la Serra da Capelada nadie peregrinaba, todos los cristianos iban a Compostela, pero pocos se acercaban a este lugar tan apartado. Entonces su maestro le dijo que al menos una vez en la vida todas las personas deberían peregrinar a este lugar al norte de Galicia. Si así no lo hicieren, deberían visitar el santuario después de muertos.

Qué más ver


Ofrendas en las escaleras, antes del altar
Una visita a la iglesia puede dar una idea de la importancia de este enclave, al que visitan miles de personas cada año. Sobre las escaleras que preceden al altar se encuentran una buena muestra de los exvotos que los devotos del santo han dejado como muestra de promesas cumplidas. Además de las ofrendas clásicas, como velas, flores y muñecos de cera, encontramos otras menos habituales, como maquetas de casas y barcos, una “L” de algún devoto que obtuvo el carné de conducir, el diploma de un estudiante que acabó la carrera de ingeniería; fotografías, pulseras y otros objetos personales  de los creyentes que se encomendaron a San Andrés; una gorra de la Armada y, algo que ya casi no se ve en los santuarios cristianos, cartas y mensajes escrito de puño y letra del ofrecido, en el que incluso destacan la fecha de la petición y la que se cumplió. 

Los ataúdes como ofrenda


Pequeño ataúd colgado en la pared.
Hay también exvotos de cera con la forma de partes del cuerpo, velas, pero el que más llama la atención se encuentra en la zona del Evangelio de la iglesia (entrando a la izquierda). Colgado cerca del altar, casi a la altura del techo, hay un pequeño féretro blanco, en el que apenas cabría un bebé, y que tiene una historia. “Ese ataúd es de una niña que estaba en peligro de muerte, una niña que tuvo una meningitis, y le hicieron la ofrenda de que si la niña no moría, si se salvaba por un milagro de Dios y San Andrés de Teixido, había que traer la pequeña caja para aquí”, explicó el vicario del santuario, Antonio Rúa. “Y aún vive y viene todos los años para recordar que estuvo con un pie aquí y otro allá, y que gracias a San Andrés de Teixido se salvó”, añadió el vicario.
Los ataúdes de personas que se salvaron de la muerte tras una petición al santo de la Serra da Capelada llegaron a ser tantos que, en una época, cubrían las paredes de la iglesia. Así lo recuerda Antonio Rúa: “Había muchos ataúdes en la iglesia, no hace mucho que se quemaron los últimos restos que estaban debajo de la cripta. Parece ser que coincidiendo con la visita pastoral de un obispo los mandaron retirar, porque era un espectáculo “macabro”. Estaban puestos contra la pared. Pero para la gente que peregrinaba aquí no era macabro, sino que recordaba que San Andrés era abogoso contra la muerte inminente, contra accidentes, operaciones peligrosas en el quirófano y esas cosas”.


Las reliquias de San Andrés

Antonio Rúa y el relicario de San Andrés.
En un lugar tan famoso donde se venera la figura del apóstol San Andrés, el segundo destino de peregrinación más importante (después de Santiago), no podían faltar las reliquias de este santo. Así como en Compostela están enterrados los restos de Santiago (según la tradición), en el santuario de Teixido se encuentra un trozo de hueso, que está ubicado en un relicario con la imagen del santo y que se guarda en el propio altar de la iglesia. Así lo contaba el vicario: “[El relicario] está cubierto de unas hojas de pan de oro y las carnaciones están cubiertas de plata. Dentro tiene una teca y la reliquia es una falange de un dedo. Parece ser que la trajeron los Caballeros de Malta”. Según explicó Antonio Rúa, los fieles pasan la reliquia del santo por la zona afectada, con el fin de curarse.




Puedes escucharme hablando de San Andrés de Teixido en el programa A Tarde, de la Radio Galega, abriendo este enlace: http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-san-andres-de-teixido-vai-de-morto-quen-non-foi-de-vivo


En el Camino de San Andrés de Teixido puedes ver:

100. Santa Margarida, la fuente doblemente milagrosa



martes

108. Santa Eulalia de Lubre, el rito de roer los clavos

Visitamos la iglesia de Santa Eulalia de Lubre, ubicado en el municipio de Ares, en la comarca ferrolana. Se trata de una iglesia románica, datada en el siglo XV, con un atrio cubierto en la entrada principal y una torre con campanario. Todo el templo recuerda a las iglesias fortificadas, ya que no solo debió cumplir una función piadosa, sino también defensiva.
Pero mucho antes de la construcción de esta iglesia, el entorno debió ser un lugar sagrado. Y es que la palabra “Lubre” hace referencia a un bosque o un lugar sagrado para los celtas.

El rito
En torno a esta iglesia se celebraba un rito curioso, que tenía como protagonistas a los clavos de la puerta principal. Así, los devotos ofrecidos debían dar vuelta a la iglesia varias veces, especialmente un número impar de vueltas, y por cada una pararse en la puerta del templo. Allí debía buscar un clavo que sobresaliese de la madera y, con los dientes, roerlo varias veces.
Los amantes del arte antiguo encontrarán en Lubre una iglesia austera, pero de gran antigüedad, de un estilo entre el Gótico tardío o de transición al Renacimiento, prácticamente único en Galicia. Históricamente hablando, el templo está en la relación de edificios sacros que Alfonso II mandó construir al abad Tructinio en el 830. En el interior se conserva una lápida sepulcral con escudos de armas de Calatrava. 
Además, en este templo se refugiaban antiguamente los delincuentes huidos de la justicia, que gozaban de inmunidad en su interior.

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viernes

102. San Marcos, donde el demonio engañó al santo

Visitamos el entorno del Monte do Gozo, lugar emblemático para los peregrinos que se dirigen a Santiago por el Camino Francés. Este enclave debe su nombre a la alegría de los viajeros que se dirigían a la ciudad y veían desde allí, por primera vez, la urbe y la catedral.
Nuestra visita está dirigida a un austero templo dedicado a San Marcos y que tiene sus orígenes en un antiguo oratorio para los peregrinos dedicado a la Santa Cruz, hasta el que se realizaba una procesión el día de San Marcos, allá por el año 1100. En todo caso, la capilla que se puede ver hoy en día es fruto de una importante remodelación que se realizó con motivo del año santo de 1965.
Pero la presencia de este templo en la recta final del camino de Santiago y su construcción por una leyenda.
Dicen que el propio San Marcos estaba realizando el camino a Compostela, cuando le rebasó un peregrino que llevaba en su cayado numerosas sandalias usadas. Comenzó a contarle al santo los numerosos lugares que conoció en su peregrinaje desde Alemania. Viendo sus conocimientos, San Marcos le preguntó si faltaba mucho para llegar a Santiago, a lo que el extraño contestó que estaba tan lejos, que haría falta gastar otras tantas sandalias como las que llevaba para llegar a destino. El santo, desanimado, desistió de su peregrinación y, antes de regresar por donde había venido, construyó la ermita que se encuentra en el lugar. 
Ofrendas de piedras y otros objetos junto al monumento
El extraño acompañante, no es necesario afirmarlo, era el mismísimo demonio, que logró confundir a San Marcos y hacerlo desistir de su viaje cuando solo faltaban cinco kilómetros. Antes de regresar, el santo habría construido el pequeño templo, con la puerta hacia el Este, contrariamente a las de su época. De todos modos, en la cara Oeste existe una entrada tapiada.
En otras versiones, el peregrino no era el maligno, sino un aventajado que quería llegar primero a este enclave, ya que el que divisase primero la ciudad era considerado “rey” del grupo.

“Humilladero”
En este entorno se cree que estuvo situado un gran “humilladero” o “milladoiro”, lugar donde los peregrinos depositaban una piedra. Se cree que tenía una gran cruz en la cima y la ofrenda permitía a los caminantes lograr cien días de perdón.
Desde 1993 existe en el entorno un monumento de acero y piedra en el que numerosos peregrinos depositan calzado y diferentes objetos personales.
Este enclave también fue escenario de una leyenda narrada en el Códice Calixtino. Corría el año 1080, cuando una veintena de caballeros de Lorraine se dirigían a Compostela, prometiéndose protección mutua ante las adversidades del camino. Sin embargo, uno de los peregrinos cayó enfermo en los Pirineos y el grupo lo abandonó allí. Solo quedo uno de los caballeros con él, hasta que el doliente falleció. En ese momento, el Apóstol los transportó al Monte do Gozo y le pidió al superviviente que explicara a sus compañeros la inutilidad de su peregrinar.
En todo caso, apoyado por esta y otras muchas historias, este enclave se convirtió en el medievo en un lugar con fuerte carga simbólica. Tanto, que muchos peregrinos realizaban los últimos cinco kilómetros de recorrido descalzos.

Cómo llegar
En la carretera que va desde Santiago a Lavacolla, a 1,9 kilómetros de la rotonda hay un desvío a la derecha. Se recorren 110 metros y se gira nuevamente a la derecha. A unos 500 metros está la ermita.

42º 53,372'
-8º 29.668'

Estas leyendas forman parte de mi libro COMPOSTELA MÁGICA

El demonio tiene su propio lecho en Galicia:
87. Compostela, la sombra del peregrino

domingo

El rito de ‘Medir con candeas’

Cuando salió a la venta ‘50 lugares mágicos de Galicia’, la romería de San Blas de Aguete (Marín-Pontevedra), que se incluye en el libro, se celebraba en el Pazo de Aguete, que es propiedad privada. En el libro cuento dos tradiciones que se realizaban en la capilla: la de los croques y la de Medir con ‘candeas’ o ‘cadeas’. Por motivos que no vienen al caso, desde hace unos años la cita con San Blas de Aguete se celebra en la iglesia parroquial de Seixo y no en la capilla del Pazo.
Actualmente, antes y después de los oficios religiosos, los vecinos más devotos del santo utilizan una pequeña imagen de San Blas para realizar los croques en la cabeza y pasan la imagen del santo por el cuello. Concretamente, dice la tradición que hay que pasar la imagen primero por la garganta, por el lado izquierdo, después por el derecho y luego dar tres croques encima de la cabeza. Cuentan que San Blas era médico de profesión y salvó a un niño de morir atragantado con una espina de pescado, por eso se pide su intercesión para problemas de garganta y cabeza.
Sin embargo, cuando la romería tenía lugar en el Pazo de Aguete, se realizaba un rito que no se celebró en las últimas ediciones y que llevaba el nombre de ‘Medir con candeas’, en el que un hilo cubierto de cera centraba una práctica que realizaban muchos fieles el día de la romería. Según explicó una vecina de la localidad, primero se compraban unas madejas de hilo grandes y, en el Pazo, se derretía la cera de las velas y de los exvotos ofrecidos al santo el año anterior. Los hilos se introducían en esa cera y luego se colgaban de cordeles en los jardines para que se secaran.
El día de San Blas, “el proceso comenzaba midiendo primero el alto por la parte delantera del cuerpo y con el mismo trozo de ‘candea’ se medían el cuello y el tórax. Si al afectado le dolía alguna parte concreta del cuerpo o la ‘ofrecía’ mediante un exvoto de cera (mano, pie, etc.), esa parte también se medía. Mientras, en cada medición se repetía una frase a modo de oración”, según explica una vecina.
Después, la medidora enrollaba la ‘candea’ y se le hacía un nudo. Se cogían unas piedras de la parte de fuera del recinto del Pazo, del camino real, “las colocaban pegadas al muro de fuera del recinto, aunque por la parte de dentro, y allí se quemaban para alejar los males, las enfermedades o los meigallos”, añade.
En el caso de que la persona hiciese la ofrenda para un familiar que no podía asistir, se llevaban la ‘candea’ para casa y se repetía el ritual de medir, enrollar el cordel, anudarla y quemarla junto con algún objeto de ese familiar.
Posiblemente, el nombre de ‘candea’ y la presencia de cera en este rito perdido desde hace unos años podría estar relacionado con la fiesta de la Candelaria, que se celebra un día antes que San Blas.