sábado

109. San Andrés de Teixido, ataúdes y otras ofrendas


Vista desde el atrio e iglesia
Siempre es un placer volver a San Andrés de Teixido, uno de los lugares más mágicos de Galicia. En mi libro le dedico un extenso capítulo al que posiblemente sea uno de los santuarios más tradicionales de la geografía gallega. Además, en el entorno está uno de los mejores paisajes de Galicia y es un lugar increíble en cuanto a belleza natural y tranquilidad. Fue una buena oportunidad para sacar nuevas fotos, para visitar los amilladoiros, ver la “barca de San Andrés”, la fuente a la que dice la tradición que se le puede preguntar si la petición al santo se cumplirá y ver cómo aún se mantiene viva la tradición de las figuras de pan y las “herbas de namorar”. Pero, sobre todo, recordar la frase inmortal que define a este inigualable santuario: “A San Andrés de Teixido, vai de morto quen non foi de vivo”, que justifica la creencia de que los pequeños animalitos que te encuentras en el camino, incluso las piedras, podrían llevar dentro el alma de quien debe hacer este periplo después de fallecido. La leyenda que justifica esta creencia asegura que Jesús pasó un día por aquí y se encontró con San Andrés. El apóstol se quejó de que a este lugar de la Serra da Capelada nadie peregrinaba, todos los cristianos iban a Compostela, pero pocos se acercaban a este lugar tan apartado. Entonces su maestro le dijo que al menos una vez en la vida todas las personas deberían peregrinar a este lugar al norte de Galicia. Si así no lo hicieren, deberían visitar el santuario después de muertos.

Qué más ver


Ofrendas en las escaleras, antes del altar
Una visita a la iglesia puede dar una idea de la importancia de este enclave, al que visitan miles de personas cada año. Sobre las escaleras que preceden al altar se encuentran una buena muestra de los exvotos que los devotos del santo han dejado como muestra de promesas cumplidas. Además de las ofrendas clásicas, como velas, flores y muñecos de cera, encontramos otras menos habituales, como maquetas de casas y barcos, una “L” de algún devoto que obtuvo el carné de conducir, el diploma de un estudiante que acabó la carrera de ingeniería; fotografías, pulseras y otros objetos personales  de los creyentes que se encomendaron a San Andrés; una gorra de la Armada y, algo que ya casi no se ve en los santuarios cristianos, cartas y mensajes escrito de puño y letra del ofrecido, en el que incluso destacan la fecha de la petición y la que se cumplió. 

Los ataúdes como ofrenda


Pequeño ataúd colgado en la pared.
Hay también exvotos de cera con la forma de partes del cuerpo, velas, pero el que más llama la atención se encuentra en la zona del Evangelio de la iglesia (entrando a la izquierda). Colgado cerca del altar, casi a la altura del techo, hay un pequeño féretro blanco, en el que apenas cabría un bebé, y que tiene una historia. “Ese ataúd es de una niña que estaba en peligro de muerte, una niña que tuvo una meningitis, y le hicieron la ofrenda de que si la niña no moría, si se salvaba por un milagro de Dios y San Andrés de Teixido, había que traer la pequeña caja para aquí”, explicó el vicario del santuario, Antonio Rúa. “Y aún vive y viene todos los años para recordar que estuvo con un pie aquí y otro allá, y que gracias a San Andrés de Teixido se salvó”, añadió el vicario.
Los ataúdes de personas que se salvaron de la muerte tras una petición al santo de la Serra da Capelada llegaron a ser tantos que, en una época, cubrían las paredes de la iglesia. Así lo recuerda Antonio Rúa: “Había muchos ataúdes en la iglesia, no hace mucho que se quemaron los últimos restos que estaban debajo de la cripta. Parece ser que coincidiendo con la visita pastoral de un obispo los mandaron retirar, porque era un espectáculo “macabro”. Estaban puestos contra la pared. Pero para la gente que peregrinaba aquí no era macabro, sino que recordaba que San Andrés era abogoso contra la muerte inminente, contra accidentes, operaciones peligrosas en el quirófano y esas cosas”.


Las reliquias de San Andrés

Antonio Rúa y el relicario de San Andrés.
En un lugar tan famoso donde se venera la figura del apóstol San Andrés, el segundo destino de peregrinación más importante (después de Santiago), no podían faltar las reliquias de este santo. Así como en Compostela están enterrados los restos de Santiago (según la tradición), en el santuario de Teixido se encuentra un trozo de hueso, que está ubicado en un relicario con la imagen del santo y que se guarda en el propio altar de la iglesia. Así lo contaba el vicario: “[El relicario] está cubierto de unas hojas de pan de oro y las carnaciones están cubiertas de plata. Dentro tiene una teca y la reliquia es una falange de un dedo. Parece ser que la trajeron los Caballeros de Malta”. Según explicó Antonio Rúa, los fieles pasan la reliquia del santo por la zona afectada, con el fin de curarse.




Puedes escucharme hablando de San Andrés de Teixido en el programa A Tarde, de la Radio Galega, abriendo este enlace: http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-san-andres-de-teixido-vai-de-morto-quen-non-foi-de-vivo


En el Camino de San Andrés de Teixido puedes ver:

100. Santa Margarida, la fuente doblemente milagrosa



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