viernes

117. Gundián, el agua milagrosa de la Virgen

Sobre la carretera nacional 525, junto al río Ulla, un discreto desvío marca el camino. Pocos metros después, la pista se estrecha tanto que apenas cabe un coche. Y prácticamente así se mantiene hasta  llegar al atrio del Santuario de Gundián, un lugar de curación de referencia en la comarca durante décadas.

Desde el atrio, rodeado de una amplia área recreativa, se escucha por todos lados el sonido del discurrir del agua. Y no es solo que el río Ulla pasa a pocos metros, sino que en las piedras y bajo el suelo fluyen cursos de agua, algunos de ellos canalizados como fuentes.

Fuente utilizada para el rito de curación
El más importante de todos se encuentra en la propia pared del templo, en el lateral que está hacia el río Ulla. Se trata de una fuente que se encuentra coronada por una imagen de la virgen con el niño en brazos , esculpida en piedra y que evoca a las antiguas esculturas románicas. La imagen que se encuentra actualmente es moderna, la antigua posiblemente perteneció al monasterio de San Xoán de Cobas, que se encontraba al otro lado del río y que una riada hizo que desapareciese por completo.


De todos modos, las aguas que mana esta fuente, canalizadas desde el interior de la iglesia, se utilizaron durante décadas para curar todos esos males de diagnóstico impreciso que afectaban especialmente a los niños y que provocaban una alta mortalidad infantil. Así, el día de la romería de la Virxe de Gundián, el 8 de septiembre, cientos de personas se reunían en este lugar para completar el ritual sanador con las aguas de la fuente.

El rito sanador


Según explica Juan Fernández Casal en 'A Virxe de Gundián', "los padres con sus hijos enfermos se ponen frente al manantial para dar el baño curativo a los pequeños. Totalmente desnudos, le van echando agua por todo el cuerpo. Las ropas que traían las tiraban por encima del cerco y le ponían otras nuevas que traían preparadas. Estas ropas, en otros tiempos de más necesidad eran aprovechadas por otros padres que aún no tenían niños enfermos... (./.) Esta terapia se completa llevando al niño hasta la imagen de la Virgen para que la bese, o al menos que le toque el manto. Para que no se roce el tocado de la Virgen, había la costumbre de ponerle un mandil por delante. Al pie de la imagen había una persona encargada de acercar a los niños hasta la santa". Y como refuerzo de la terapia curativa llevaban para casa una botella del agua de la fuente, por si hiciese falta. Los padres, agradecidos, dan una limosna a la santa, pero era costumbre ofrecer a la Virgen el peso del enfermo en trigo, si curaba los males".


El baño en la fuente de Gundián servía para curar ese amplio abanico de males que se prescriben en la tradición gallega, como males de aire, meigallos, enganidos, etc., además de otros relacionados con el habla y con el labio leporino.

En las últimas visitas que hice a este santuario es posible ver algunos sencillos exvotos, como flores o cintas, en la imagen que preside la fuente.

La iglesia

El templo dedicado a la Virxe de Gundián es de estilo barroco y de factura sencilla, con un pórtico con dos ventanas y una espadaña con dos pequeñas campanas. La imagen del interior es de estética más moderna que la de la fuente.

Llama mucho la atención que el pequeño templo está junto al enorme viaducto que cruza el Ulla para posibilitar el paso del tren.


Y una última curiosidad. Si bien el templo se encuentra en la provincia de Pontevedra, pertenece jurisdiccionalmente a la de A Coruña.





Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"



Cómo llegar:

42.78190256069665, -8.392564822088607


Cerca de aquí:

94. Vedra, la fuente de la reina Lupa

No hay comentarios:

Publicar un comentario