Cuando salió a la venta ‘50 lugares mágicos de Galicia’, la
romería de San Blas de Aguete (Marín-Pontevedra), que se incluye en el libro,
se celebraba en el Pazo de Aguete, que es propiedad privada. En el libro cuento
dos tradiciones que se realizaban en la capilla: la de los croques y la de
Medir con ‘candeas’ o ‘cadeas’. Por motivos que no vienen al caso, desde hace
unos años la cita con San Blas de Aguete se celebra en la iglesia parroquial de
Seixo y no en la capilla del Pazo.
Actualmente, antes y después de los oficios religiosos, los
vecinos más devotos del santo utilizan una pequeña imagen de San Blas para
realizar los croques en la cabeza y pasan la imagen del santo por el cuello.
Concretamente, dice la tradición que hay que pasar la imagen primero por la
garganta, por el lado izquierdo, después por el derecho y luego dar tres
croques encima de la cabeza. Cuentan que San Blas era médico de profesión y
salvó a un niño de morir atragantado con una espina de pescado, por eso se pide
su intercesión para problemas de garganta y cabeza.
Sin embargo, cuando la romería tenía lugar en el Pazo de
Aguete, se realizaba un rito que no se celebró en las últimas ediciones y que
llevaba el nombre de ‘Medir con candeas’, en el que un hilo cubierto de cera
centraba una práctica que realizaban muchos fieles el día de la romería. Según
explicó una vecina de la localidad, primero se compraban unas madejas de hilo
grandes y, en el Pazo, se derretía la cera de las velas y de los exvotos
ofrecidos al santo el año anterior. Los hilos se introducían en esa cera y
luego se colgaban de cordeles en los jardines para que se secaran.
El día de San Blas, “el proceso comenzaba midiendo primero
el alto por la parte delantera del cuerpo y con el mismo trozo de ‘candea’ se
medían el cuello y el tórax. Si al afectado le dolía alguna parte concreta del
cuerpo o la ‘ofrecía’ mediante un exvoto de cera (mano, pie, etc.), esa parte
también se medía. Mientras, en cada medición se repetía una frase a modo de
oración”, según explica una vecina.
Después, la medidora enrollaba la ‘candea’ y se le hacía un
nudo. Se cogían unas piedras de la parte de fuera del recinto del Pazo, del
camino real, “las colocaban pegadas al muro de fuera del recinto, aunque por la
parte de dentro, y allí se quemaban para alejar los males, las enfermedades o
los meigallos”, añade.
En el caso de que la persona hiciese la ofrenda para un
familiar que no podía asistir, se llevaban la ‘candea’ para casa y se repetía
el ritual de medir, enrollar el cordel, anudarla y quemarla junto con algún
objeto de ese familiar.
Posiblemente, el nombre de ‘candea’ y la presencia de cera
en este rito perdido desde hace unos años podría estar relacionado con la
fiesta de la Candelaria, que se celebra un día antes que San Blas.
Hola: comento en tu post porque este año volvió a realizarse la Celebración de San Blas en la Capilla, como originalmente y, una descendiente de la señora "que medía con candeas", lo sigue haciendo en su lugar... He leído tu libro precisamente por esta reseña que hacías: son pocos los que sabemos de tantas tradiciones que cuentas en tu pequeño libro; gracias por propagarlas!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias por todo!
EliminarCon tu permiso: https://sanjorgedemogor.wordpress.com/2018/02/03/de-nuevo-en-san-blas/
ResponderEliminarSan Blas de Aguete en la Radio Galega: http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-tarde-a-tarde-do-dia-31-01-2020-4288808
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