miércoles

La tradición sigue viva en Portalén


Portalén, con niebla
Siempre que me preguntan cuál de los ‘50 lugares mágicos de Galicia’ es mi preferido, sin dudarlo digo Portalén (37), ya que se trata de un enclave único en el que la tradición dice que, en el mes de noviembre, esa ‘puerta’ sirve para conectar con el mundo de los muertos. Por ese motivo, siempre es un placer pasearse por las innumerables estaciones del Monte do Seixo, especialmente por Portalén.
Velas junto a la 'puerta'
Subí a primera hora de la tarde de ayer a O Seixo y vi dos cosas que no había observado en las anteriores visitas. Una es que la niebla le daba un aire distinto al entorno y ocultaba esos profanos aerogeneradores que pueblan el monte, a la vez que creaba una atmósfera diferente en el entorno de la puerta al más allá.
Pero lo que más me sorprendió es que el rito que se realiza en este lugar singular parece que sigue vivo. Había en Portalén restos de velas, como si alguien hubiese traspasado la puerta de granito y, del otro lado, hubiese seguido los pasos que marca la tradición de ofrecer a los fallecidos, antes de hacer la pregunta, una vela encendida.
No sé si realmente alguien fue a intentar escuchar la voz de algún difunto al otro lado de la ‘puerta’, pero no creo que haya velas por casualidad en este lugar mágico del Monte do Seixo. 
Seguramente el rito, en noviembre de 2012, aún sigue vivo.
Ya que hablamos de este monte mágico, no quería terminar sin recomendar dos libros que profundizan en la tradición de O Seixo. Uno de ellos es ‘Monte do Seixo, o santuario perdido dos celtas’, de Calros Solla; y el otro es ‘Deuses, mitos e ritos do Monte do Seixo’, de Rafael Quintía Pereira.

Puedes ver el reportaje que hicimos para la Televisión de Galicia sobre Portalén aquí:



viernes

65. La serpiente de Troña


Hoy visitamos un castro y un petroglifo, que tiene la particularidad de representar una serpiente. No es único, hay otros grabados serpentiformes, incluso en castros, pero este, además, tiene una leyenda que lo justifica.
Este, como se ve en la fotografía, representa un ofidio grabado en una piedra vertical que se encuentra cerca de la ermita. Algunos autores aseguran que esta representación no es una serpiente sino un 'plano' del castro. Esta segunda opción nunca llegué a comprenderla.
Pero primero veamos el relato legendario: Cuentan que había en la cima de este monte una terrible serpiente que devoraba el ganado de los habitantes del entorno. Por miedo a que bajase, regularmente la alimentaban con un animal. Cansados de pagar el tributo, un día le ataron a la presa una cuerda. El ofidio tragó su bocado, pero un extremo de la cuerda quedó fuera y sirvió a los vecinos para tirar de ella y, seguidamente, darle muerte. Finalmente, enterraron a la serpiente en donde se encuentra el atrio de la ermita de Dulce Nombre de Jesús, donde también está el petroglifo que visitamos en esta ocasión.
La construcción de lugares religiosos donde antes había otros paganos es especialmente evidente en este lugar de la parroquia de Pías (Ponteareas, Pontevedra). Alrededor de la capilla están los restos de un castro de forma ovalada, con una treintena de construcciones, que data del siglo IV antes de Cristo, aunque estas edificaciones prerromanas tuvieron diferentes épocas de ocupación.

Además del castro, el petroglifo y la ermita, destacan por su factura uno de los cruceiros que están en el atrio.

Cómo llegar
Desde Ponteareas, hay que tomar la carretera que va hacia Mondariz. Al llegar a la parroquia de Pías, hay que desviarse a la derecha siguiendo la señalización del Castro de Troña.


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lunes

64. San Vicenzo de Rois, la fuente que cura la ceguera.

Hay docenas de fuentes milagrosas en Galicia y hay varias a las que se les atribuye la capacidad de curar la ceguera, como la de Augasantas de Cotobade (24), que ya he reseñado en 50 lugares mágicos de Galicia.
De entre ellas, destaca la de San Vicenço, o San Vicente, que se encuentra en la iglesia parroquial de Augasantas, en el municipio coruñés de Rois.
A la fuente se le atribuyen, además, propiedades de curación tanto para seres humanos como animales. Es que las leyendas que justifican sus propiedades tienen a personas y bestias como protagonistas. Cuenta la tradición que un ciego pasaba por este lugar con un burro y que el animal fue a beber al manantial, lanzando parte del líquido sobre el invidente que, acto seguido, recuperó la vista. 
Otra versión asegura que era el burro el que no veía y recuperó el sentido tras probar el agua. También existen relatos de sanación de diferentes animales que probaron el agua de la fuente de San Vicenzo.

Cómo llegar

Desde el centro del municipio hay que hacer ocho kilómetros en dirección Noia. Poco antes del cruce que lleva a Santiago, la iglesia está en una depresión del terreno, a la derecha.

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