sábado

80. Las piedras del atrio de Monte Alba



Ermita, atrio y vistas sobre la ría de Vigo
En la parroquia viguesa de Valadares existen dos montes –Alba y Cepudo- desde donde se divisan inmejorables vistas sobre la ría de Vigo, la ciudad olívica, las islas Cïes y, si el día está claro, incluso se ve parte de la ría de Arousa. En la parte más alta del primero de los montes, que tiene una forma cónica casi perfecta, existe una sencilla capilla erigida por el primer marqués de Valadares, Diego Sarmiento, en 1680 y dedicada a Nosa Señora de Alba.
En esta pequeña capilla se recuperó hace poco la romería, que tiene como días principales el 24 de agosto y el 8 de septiembre.
Antonio Rodríguez Fraiz, que recopiló numerosas tradiciones de los santuarios de Galicia, cuenta que en esta romería, en los años 50 del siglo pasado, los asistentes acudían para pedir solución a enfermedades pulmonares, dolores de cabeza y estómago. Los devotos de la virgen de Alba pasaban el pañuelo por la imagen y pasaban por debajo, como ocurre aun hoy en día en numerosos santuarios gallegos. Incluso ofrecer una mortaja o andar de rodillas alrededor de la capilla.
Escaleras de subida al Alba
Además, Rodríguez Fraiz señala que se realizaba un rito curativo, fuera de los días de romería, que consistía en hacer unas muescas en la puerta de la pequeña iglesia y luego tirar una piedra del muro del atrio monte abajo, según las indicaciones de un “brujo”.  Tanto era así, que el párroco de entonces se quejaba de que todos los años tenía que reconstruir el muro del atrio.

Cómo llegar
Hay que tomar la carretera Vigo-Vincios, que comienza en el cementerio vigués de Pereiró. Tras pasar el núcleo urbano de Valadares, frente a una farmacia, hay un desvío a la derecha indicando la subida al Alba. La carretera lleva al Cepudo, pero antes de llegar a la cima hay un desvío a la izquierda con una señal de dirección prohibida.

GPS: 42.172532,-8.73613


En la comarca de Vigo también puedes ver:

79. Sanxenxo, la Pedra do Santo

Foto: Rafael Quintía
'Sanjenjo’ es una poco afortunada traducción al castellano de Sanxenxo, localidad de la comarca de O Salnés que debe su nombre en realidad a San Ginés, uno de los mártires cristianos muertos en la época del emperador Diocleciano.
La conversión de este santo al cristianismo es bastante curiosa. Ginés era actor y participaba en una parodia del bautismo cristiano para entretenimiento del mandatario romano. A él le tocó el papel de enfermo que recibía el agua con el que los seguidores de Jesús se convertían a la entonces nueva fe. Una vez terminada la escena, Ginés fue vestido con ropajes blancos, a la usanza cristiana. Para terminar la parodia, el emperador mandó traer una imagen de Venus para que la adorase. Pero el agua había transformado realmente al comediante y espetó una arenga a Diocleciano y a todos los que presenciaron el acto, declarándose iluminado por la nueva fe y convidó al mandatario romano a que siguiera las enseñanzas de Jesús.
Envuelto en cólera, Diocleciano ordenó todo tipo de tormentos para Ginés, de los que salió indemne, hasta que finalmente fue decapitado.
La piedra, a día de hoy, cubierta por las plantas
Como ocurrió en otros lugares de Galicia y de la Península Ibérica, leyendas locales relacionadas con el paso de los mártires por diferentes localidades, toleradas por las autoridades eclesiásticas, sirvieron para cristianizar lugares paganos con mayor facilidad. Es el caso que nos ocupa, ya que la presencia de San Ginés en Sanxenxo cuenta con una historia local que sitúa el lugar de su decapitación en la entrada de Padriñán. Allí hay una piedra de casi un metro de alto que marcaba la entrada a la aldea y que cuenta con diferentes grabados cruciformes, de herradura y cazoletas. Se trata de un menhir del que la tradición dice que marca el lugar exacto donde el santo fue ejecutado. También se cuenta que en la piedra se puede ver el rostro de Ginés y es conocida como Pedra do Santo o Pedra de San Xinés.
Aunque incluso tiene una placa que recuerda que se trata de una piedra que la leyenda vincula con San Ginés, cuando la visitamos hoy se encontraba completamente cubierta por las plantas.

Cómo llegar
Desde Pontevedra, siguiendo por la carretera provincial PO-308, en el centro de la villa hay un desvío a la derecha que indica Padriñán. A menos de un kilómetro, antes del hotel Augusta, hay un pequeño jardín triangular a la derecha de la carretera, en un cruce, donde se encuentra la piedra.

GPS: 42.404567,-8.805757

Cerca de aquí puedes visitar:

domingo

78. Las apariciones de Fátima en Tui



En el momento de escribir esta entrada, una de las primeras que subí a este blog, la relacionada con el Santuario de las Apariciones de Pontevedra, es la más visitada este mes. Allí tuvo una de sus visiones la mayor de las videntes de Fátima sor Lucía, durante su estancia en la ciudad. Hay otro escenario de las apariciones de Fátima en Galicia, donde la vidente portuguesa estuvo como novicia. Se trata del convento de las Doroteas de Tui, ubicado cerca del cruce entre las calles Martínez Padín y Augusto González Besada.
En la noche del 13-14 de Junio de 1929, estando en este convento, tuvo una de sus visiones en la que habría recibido mensajes relacionados con la conversión de Rusia, que forman parte de la tradición de Fátima. Fue en este lugar donde escribió el texto del famoso secreto, cuya tercera parte hizo correr ríos de tina, incluso después de que el Vaticano revelase el contenido de la tercera parte, hace ya unos años.
Visitar este lugar no es fácil, sino es cuando lo hace un grupo de personas. Yo lo he intentado en varias ocasiones y me denegaron la posibilidad de hacerlo, al contrario de lo que sucede con el santuario de las apariciones en Pontevedra, que está abierto sin restricciones.

Quizá te interese leer:
52. Santuario de las apariciones de Pontevedra