viernes

69. Auga da Laxe, ritos de iniciación de antiguos guerreros

En esta ocasión visitamos un petroglifo muy especial. A diferencia de los numerosos grabados de círculos, espirales y motivos abstractos, el conocido como Auga da Laxe I (Vincios-Gondomar) es una representación de un buen número de armas.
Están grabadas sobre una piedra inclinada y posee un total de 26 grabados, entre los que se encuentran una decena de puñales, una espada de gran tamaño, seis alabardas y ocho escutiformes. Este ‘armamento’ prehistórico habría sido representado a principios de la Edad de Bronce, aunque algunos autores sugieren que la espada grande podría ser de finales de este mismo periodo.
La roca en cuestión es conocida también como Pedra das Procesións. Y lo cierto es que este conjunto de armas sugieren una representación de guerreros desfilando, como en procesión, por lo que seguramente de ahí viene el nombre. Es más, las figuras de la derecha están representadas como en dos círculos concéntricos, lo que sugeriría una danza. Es decir, que esta piedra podría haber sido un lugar de iniciación o incorporación de nuevos guerreros a este ‘oficio’. La presencia de pequeñas piletas que guardan el agua de lluvia, podría ser un elemento que intervendría también en el ritual.
En uno de los estudios que ha realizado J.M. Vázquez Varela, del departamento de Historia I de la Universidad de Santiago, destaca que en esta roca “se expresa la ideología de la guerra, legitimadora de algún tipo de poder y de la comunidad de guerreros, que en ella celebra rituales de agregación, posiblemente con mayor valor religioso que secular”.
“En los grabados se percibe la existencia de poderes vinculados con la religión, el mundo del varón, el de los guerreros y de la comunidad”, destaca Vázquez Varela.
Obviamente, Auga da Laxe no es la única representación de armas en los grabados rupestres gallegos, aunque quizá es la más famosa por su tamaño y variedad. Existen otros petroglifos con armas en Galicia, entre los que destacan Pedra das Ferraduras (Cotobade), Poza da Lagoa (Redondela) o Pedra Furada, Chan da Lagoa y Ramallada en Campo Lameiro, entre otros.

GPS de Auga da Laxe:

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miércoles

68. El amor fatal de Florentina de Loureiro


Lápida de Florentina García
En Galicia existen numerosos lugares en los que –a medio camino entre la historia y la leyenda- se tejen historias de amores casi siempre desavenidos. En el libro se incluyen algunas de ellas, como la que rodea la Pedra dos Namorados de Ponteareas (12) o la que narra Curros Enríquez en relación con la Virgen del Cristal de Celanova (3).
La que hoy queremos contar es bastante menos conocida. Junto a la iglesia de Loureiro, en Cotobade, existe una lápida pegada al templo en la que hay grabados unos versos y que recuerda la historia de Florentina, una joven que falleció en 1857, aparentemente de pena por un amor.
El poema que, a modo de epitafio, muchos vecinos son capaces de recitar sin equivocarse, dice: “De la prenda más querida/ yacen aquí los despojos / y no se contienen los ojos / de llorar a Florentina García / joven desconsolada / que a los 23 años de edad / pasó a la eternidad / El día primero de vida / fue el postrero / de esta joya malograda”.


Según se recuerda en la memoria popular, Florentina falleció de amor a los 23 años. Los vecinos de Loureiro cuentan lo que, a su vez, ellos escucharon a sus padres sobre la joven enamorada. La malograda joven vivía cerca de la iglesia y asistía a clase con un hombre que llegaría a ser gobernador en Ourense, de nombre Lorenzo García Vidal, con el que mantenía amores secretos.
Los padres de Florentina se enteraron de que su hija estaba embarazada. Como era soltera, para evitar la ‘deshonra’ que en aquellas fechas suponía esa situación, la mandaron a vivir a un lugar alejado, donde finalmente murió de pena. La lápida y los versos que se encuentran en su tumba los habría encargado y pagado el padre del bebé, al que vieron llorar cuando fue enterrada.
Muchos vecinos de la parroquia conocen este relato, que despertó el interés de historiadores, etnógrafos y curiosos, que visitan la iglesia atraídos por esta historia de amor y pena. Dicen que bajo esta tumba podría estar no solo el cuerpo de Florentina, sino también el de su hijo, que no se sabe con certeza si llegó a nacer.

Qué más ver
En la parte alta de Loureiro existe un carballo junto al que hay una piedra grabada con unas letras que hoy en día son ininteligibles. Muchos autores sostienen que este árbol tuvo un uso ritual o mágico, hoy perdido.

Cómo llegar
Desde el Concello de Cotobade, situado en la parroquia de Carballedo, hay que dirigirse hacia Augasantas. A pocos kilómetros, cuando la carretera atraviesa la parroquia de Loureiro, hay un desvío hacia el Sur hacia Igrexario. La iglesia está a pocos metros.

GPS:
42.460027,-8.468805




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67. San Xoán do Mosteiro, un sorbo, cuatro cruces y un deseo



Fuente Santa y una de las cruces
Es uno de los rincones secretos de Galicia. Nuestra particular Fontana de Trevi. Hoy visitamos una ‘fuente santa’ peculiar, ya que en vez de curar enfermedades, tiene la capacidad, según la tradición, de cumplir los deseos. Muy cerca de Barciademera, en una carballeira con árboles centenarios que se encuentra cerca de Barciademera (Covelo-Pontevedra), se encuentra una capilla dedicada a San Juan, en la que celebra una conocida romería local el 24 de junio. Rodeada de una abundante arboleda y con el sonido intenso del río Alén, este templo data del siglo XII, aunque fue reedificado entre los años 1705 y 1709.
capilla
Podría quedarme sentado junto a los enormes árboles, sentado en una piedra escuchando el sonido del río, pero antes de que me pase como a San Ero de Armenteira (que escuchando el canto de los pájaros, pasaron 300 años (cap.5)), seguimos camino hasta el destino de nuestra visita a este hermoso paraje: la Fuente Santa.
Por detrás de la capilla existe un camino en el que se deben seguir los carteles que guían hasta el manantial. Discurre paralelo al río y cruza un puente románico para cambiar de dirección. Pocos metros después se llega a la fuente. En realidad es una construcción moderna, aunque los vecinos aseguran que fue redescubierta, ya que ahí existía desde antiguo. 
Docenas de cruces en torno a la fuente
Lo que más sorprende es ver docenas, quizá más de un centenar, de cruces junto a los caños del manantial. Los hay elaborados, amurados en alguna de las rocas, de madera pulida y clavada en los árboles cercanos y docenas de ellas elaboradas toscamente con trozos de ramas. Están junto al camino, sobre la fuente y entre las hierbas cercanas.
Preguntamos a dos vecinas que pasaban por allí cuál era la tradición de la fuente. Su capacidad es la de conceder deseos. “Hay que beber un sorbo, dejar cuatro cruces y pedir un deseo”. Aunque nos hablaron de cuatro cruces, lo cierto es que junto al manantial había docenas, pero algunos ‘usuarios’ habían dejado solo una, al menos una bien elaborada.
Puente románico sobre el río Alén
Las vecinas contaron también que donde existe la fuente es donde se habría emplazado el monasterio que da nombre al lugar. Por allí pasaba uno de los ramales del antiguo camino que unía Portugal y Santiago de Compostela. De hecho, el camino que conduce de la capilla a la fuente está pavimentada con piedras que podrían haber sido parte de este camino o de la construcción que fue utilizada por los monjes cistercienses de Melón (Ourense).
Según la creencia de los vecinos, las piedras del antiguo monasterio sirvieron para construir la rectoral de Barciademera, construcción que también merece una visita.

Qué más ver
Rectoral de Barciademera
Relativamente cerca de allí se encuentra la iglesia de Barciademera. Merece la pena una visita a la rectoral, adjunta a la iglesia, especialmente la entrada. Data de mediados del siglo XVI. Encima del portalón existe un frontón de arco deprimido, partido en la parte central con posibles inspiraciones aztecas. El “atlante” que la remata es un aborigen de América, réplica del gigante de la mitología helénica que, como penitencia por su derrota, fue condenado por Zeus a sostener el firmamento sobre sus hombros.

Cómo llegar
Desde el centro de Barciademera hay que dirigirse hacia Alén por la carretera PO-4300. Hay un desvío señalizado hacia San Xoán do Mosteiro, a la derecha. Durante unos metros hay una pista asfaltada, pero luego es de tierra. Conviene dejar el coche allí y seguir el camino a pie.

GPS:
42° 16' 46,7436"
-8° 24' 21,5064"

Escúchame en la Radio Galega hablando de San Xoán do Mosteiro: http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-tarde-a-tarde-do-dia-20-12-2019-4240347

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