viernes

57. San Campio de lonxe, también contra el demonio

El más famoso San Campio de Galicia es el de Entíns-Serra de Outes-A Coruña (8), ya que allí se realizan ritos contra el 'meigallo' y se luchaba contra el demonio, ya que era uno de los santuarios, junto con O Corpiño (49), al que acudían personas que se creían o a las que se les consideraba endemoniadas con el fin de quitar al maligno del cuerpo. En la parte trasera del altar de la iglesia de San Orente de esta localidad está la reliquia más importante de este santo soldado romano. Se trata de un cuerpo de cera que contiene en su interior sus huesos, según la tradición. Pero no todos.
San Campio de lonxe

Hoy visitamos San Campio ‘de lonxe’, en la parroquia de Figueiró, municipio pontevedrés de Tomiño. Sobre este santuario hice una vez un reportaje para Diario de Pontevedra que titulaba “Un santuario cinco estrellas”, ya que todo está impecablemente cuidado y el visitante tiene, además de los servicios religiosos que puede encontrar en cualquier otro santuario, un albergue para peregrinos, un museo, merenderos cubiertos, asadores... todo lo necesario para un día de esparcimiento y oración.
Les decía que no todos los huesos están dentro del cuerpo de cera de la iglesia de San Orente, ya que, entrando en el templo de San Campio de lonxe, al fondo a la izquierda, en un nicho en la pared, se encuentra un pequeño trozo de hueso del soldado romano, guardado en un relicario.
Reliquia de San Campio de lonxe
El San Campio de Tomiño también tiene fama de combatir al demonio. En todas partes de la iglesia hay citas relacionadas con el maligno, con sus tentaciones para la creencia cristiana y –no por casualidad- el sacerdote que regenta el santuario es uno de los pocos de Galicia que practica exorcismos con alguna frecuencia.
Los días de fiesta se puede ver cómo numerosos fieles besan y frotan sus pañuelos sobre una imagen yacente del santo, mientras que algunas madres ‘presentan’ a sus bebés a San Campio. En todo caso, el "de lonxe" también curaba el "ramo cativo" y a los endemoniados.
En las numerosas dependencias del santuario hay incluso básculas para quienes ofrecían al santo su peso en sal, centeno o trigo; una sala con numerosas ofrendas de cera, venta de libros con la historia del santuario, folletos, estampas y otros muchos "servicios".
Una mujer pasa un pañuelo pro la imagen de San Campio


Sala contigua con exvotos de cera y velas


Cómo llegar: Desde la carretera que une Tui y A Guarda, a unos 14 km de Tui, está correctamente señalizado el desvío hacia la derecha que conduce al santuario.

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56. Los “santos” de Tomonde, para cambiar el clima


"Santos" en Porteliña
En el lugar de Porteliña, parroquia de Tomonde (Cerdedo-Pontevedra), aun se conservan dos construcciones curiosas conocidas como los “santos”, que servían como una especie de menhires desmontables para atraer el sol o la lluvia y ahuyentar las temidas tormentas.
Están situados en una zona boscosa, a unos 300 metros del núcleo urbano de Tomonde, en una zona alta. Se trata de dos “santos”, macho y hembra, hechos con trozos de piedra. 
El macho tiene forma de cruz, mientras que la hembra tiene un aspecto más o menos cónico y de un tamaño algo menor. Ambos están construidos sobre una laja de piedra situada junto a una pista de tierra.
En cuanto a su funcionalidad, cuando se deseaba tiempo seco, se rebajaba la estatura, mientras que cuando lo que se quería era lluvia, se aumentaba la altura de ambos. En todo caso, protegían a Tomonde de las tormentas y podían alcanzar hasta los tres metros de altura.
De más está decir que, a pesar de su nombre, no se trata de ninguna advocación cristiana. Simplemente, como ocurre con numerosas costumbres, ritos y construcciones, se trata de una cristianización de una práctica anterior. 
De hecho, monte abajo existe una gran cruz que es mucho más visible que los “santos”, construida a mediados del siglo pasado por recomendación eclesiástica.

Piedras de sol y lluvia

Existe un cierto paralelismo entre los “santos” de Tomonde y otras piedras macho y hembra que se utilizaban para regular el clima. En 50 lugares mágicos de Galicia mencionamos las desparecidas en el Monte Aloia (19), sobre las que se posaba la imagen de San Julián según se deseara tiempo seco o lluvioso; aunque también A Touza y O Touzo, en la Serra de Avión cumplía esta función.
Por otra parte, estos “menhires” desmontables recuerdan las atribuciones que tenían estas construcciones megalíticas entre los pueblos celtas, que creían que eran capaces de mejorar el entorno de los campos.
Para más información sobre los “santos” de Tomonde, recomendamos ‘Carta arqueolóxica do concello de Cerdedo’, de Calros Solla, o el trabajo realizado sobre esta parroquia por Antonio Rodríguez Fraiz.

Cómo llegar

No es fácil ubicar los "santos", aunque se puede llegar subiendo por una pista que sale por detrás de la iglesia de Santa Mariña A unos metros hay una pista de tierra que conduce a la cruz y a una antena. Si se sigue subiendo, se llega a un cerco para animales. Siguiéndolo hacia el norte, hay que cruzar una pequeña hondonada y el camino finalmente hace una 'u'. Metros después están los "santos". 
Lo más recomendable es que un vecino te acompañe.

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miércoles

55. Covelo, dioses y seres mitológicos en una aldea


'Avenida' Manuel Barreiro Cabanelas
Aunque quizá no coincida del todo con la línea de este blog, quisiera recomendarles en esta ocasión una visita a una aldea diferente, transformada en la primera mitad del siglo pasado por un benefactor que hizo fortuna en Brasil, construyó escuelas junto a la aldea y donó viviendas a numerosos vecinos que quisieron quedarse a vivir en este lugar. Pero lo más curioso de Covelo, en el municipio pontevedrés de A Lama, es que las casas que mandó edificar, así como fuentes hórreos y otros elementos de la aldea, están adornados con bajorrelieves y esculturas. Algunas son simples escenas de la vida cotidiana, pero otras representan dioses de la mitología clásica, seres como harpías o grifos y otras curiosidades que alimentan la pertenencia de Manuel Barreiro Cabanelas a la masonería o alguna otra sociedad de raíces esotéricas.
Pero antes, visitamos el poblado.
A medida que la carretera se va aproximando a Covelo, se torna más estrecha y rugosa. Alrededor de las casas, campos de cultivo y ganado en los prados. Nada que haga pensar que se trata de una aldea diferente.
Marte y Venus

Manuel Barreiro Cabanelas


La entrada principal es la ‘Avenida’ Manuel Barreiro Cabanelas, llamada así en honor al vecino benefactor. Aunque apenas tiene aceras, las casas que hay a ambos lados merecen una atenta observación. Lo más interesante está en lo alto de las paredes de las viviendas, coronando los hórreos y adornando los balcones.
Harpías y antorcha encendida
En una de las paredes se puede ver una representación de los dioses Venus y Marte, labrados en piedra, que recuerda a la pintura de Botticelli. Esta representación podría tener una interpretación esotérica, porque para los neoplatónicos, el influjo benéfico de Venus era capaz de apaciguar a Marte. Por eso su representación se usó como talismán entre los círculos neoplatónicos y ocultistas del Renacimiento.
Caduceo
Siguiendo por la avenida, en otra vivienda hay una escena con harpías y un niño con una antorcha encendida, símbolo de conocimiento.
Más allá, un caduceo de Hermes/Mercurio, que es un símbolo vinculado -desde el Egipto helenístico- con la figura de Hermes Trismegisto.
En lo alto de otra casa se puede ver un grupo de monos vestidos mirando una obra de arte. En lo alto de los tejados, flanqueando puertas de entrada, e incluso coronando los hórreos, pueden verse esculturas que recuerdan seres de la mitología clásica.
La curiosa aldea tiene estos grabados por la financiación de un vecino al que se le atribuía su pertenencia a la masonería y alguna leyenda negra.


El ‘Conde Cabanelas’

Bajorrelieve con monos vestidos
Todos los vecinos de Covelo conocen la historia de Manuel Barreiro, el ‘Conde Cabanelas’.
Hijo de una campesina y un cantero, Manuel Barreiro Cabanelas nació en esta parroquia lamense en 1867. Por sus circunstancias, como tantos otros vecinos, emigró con tan solo 16 años a Río de Janeiro (Brasil). Pronto consiguió prosperidad en los negocios, especialmente con la lotería, y amasó una fortuna, que llegó a abarcar los ramos de la hostelería, construcción y ropa femenina. En sus viajes de regreso a Covelo, o a través de envíos de dinero desde Brasil, Cabanelas sufragó numerosas obras en su parroquia natal, desde el suministro de agua hasta la construcción de fuentes, bebederos y viviendas que donó a personas que quisieron quedarse en la aldea. En estas casas, aunque fueron reformadas con el paso del tiempo, aún se conservan los grabados en piedra alusivos a determinadas ramas del saber.
Además, mandó construir escuelas en el vecino lugar de Laxedo (que aún se conservan), en las que sus vecinos y los del entorno recibieron educación. Aunque murió en Río, uno de sus últimos proyectos, que no vio terminado, fue la urbanización de Covelo, cuyo diseño dejó por escrito. Por su labor, la reina María Cristina tramitó el título nobiliario de conde para Cabanelas.
No he encontrado documentación que relacione a Manuel Barreiro Cabanelas con la masonería, aunque sus obras y su ilustración parecen seguir la línea de esta sociedad discreta. Lo que sí está comprobado es que perteneció a un club llamado Os Fenianos, que tomaban su nombre de los movimientos nacionalistas irlandeses, y que como presidente de este club organizó movilizaciones para pedir la abolición de la esclavitud en Brasil, actitud que también coincide con los valores que defendía la masonería.

O Pelete, el árbol que bebe el primer vino

Muy cerca de Covelo, continuando por la misma carretera, se encuentra la aldea de O Pelete, que es famosa en el entorno por su fiesta dedicada al vino.
En esta localidad se encuentra un roble centenario conocido como ‘carballo da santa’ al que se le da a beber la primera cunca de vino en la Festa dos Remedios, que coincide con una festividad local dedicada al elixir de la uva.
El árbol está incluido en el catálogo de ‘árbores senlleiros’ de Galicia.

Para llegar
Desde el centro urbano de A Lama (a unos 30 km de la ciudad de Pontevedra) está  perfectamente señalizado.
GPS Covelo: 42,424106
                       -8.414433

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