Me sorprendió leer en el libro de Carlos Ollés Estopiñá, Lugares mágicos de Aragón, que en la localidad de Lobera de Onsella se realiza, en la noche de San Juan, un rito para curar a los niños herniados, haciéndolos pasar por una carrasca abierta. Esta tradición fue recuperada por los vecinos de esta localidad zaragozana y se escenifica cada año. Lo que me llamó la atención es que esta práctica se realizaba (no tengo constancia de que se siga haciendo) también en Galicia. En el clásico libro 'Supersticiones de Galicia', escrito por el médico Jesús Rodríguez López, cuenta algo muy parecido al rito de Lobera de Onsella.
"Para curar las hernias de los niños se hiende un roble joven y los padrinos hacen pasar a la criatura por la hendidura, poniéndose al padrino de un lado y a la madrina del otro. Tres veces le da el niño el padrino a la madrina y otras tantas se lo devuelve esta a aquel, repitiendo estas palabras.
Doucho quebrado
Dácamo sano
Después juntan las partes separadas del arbolito, lo atan cuidadosamente y, si llega a pegar, el niño cura, y si no, seguirá quebrado".
Rodríguez López no aclara en qué partes de Galicia se realiza este rito, aunque apunta que originalmente se realizaba en la noche de San Juan y posteriormente se extendió a cualquier época del año.
El rito de curar el herniado se realizaba, además, en diferentes partes de la península ibérica, con similares características, aunque con diferentes árboles.
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