miércoles

100. Santa Margarida, la fuente doblemente milagrosa

En esta ocasión visitamos la iglesia de Santa Margarida, en O Val, Narón (A Coruña). Tanto el templo como la fuente que está en el entorno tiene algunas peculiaridades dignas de ver.
Conocí este lugar gracias a las fotografías publicadas por Ángel Gilberto y fue precisamente él quien me puso en la pista sobre algunos de los detalles que rodean este enclave situado en la ruta de peregrinación de San Andrés de Teixido.
El manantial tiene la particularidad de ser doblemente milagroso, según la tradición. Según relata André Pena Graña en su libro "San Andrés de Teixido. El camino mágico de los celtas', los dos caños de la fuente tienen atributos diferentes. Uno es el de Santa Margarida, cuyas aguas son recomendadas contra el meigallo y el mal parto, mientras que la otra surgencia está relacionada con Santa Lucía, por lo que es adecuada para tratar temas de la vista.
La fuente es toda de piedra y tiene en relieve un grabado de la Cruz de Malta de la Orden de San Juan (custodia del santuario de San Andrés de Teixido durante siglos), posiblemente relacionada con un hospital de peregrinos que aún existía a mediados del siglo XVIII.

La puerta, igual que en San Andrés
La puerta principal de la iglesia Santa Margarida fue realizada sobre 1530, al igual que la antigua entrada del famoso santuario de San Andrés, construida en fechas similares. En la de Narón, la entrada tiene la seña de la casa de los Andrade, un jabalí, y un escudo de armas.
Completan la visita un cruceiro situado en las proximidades del atrio.

Cómo llegar
Desde O Val, en el concello de Narón, hay que seguir un desvío hacia Santa Margarida. Luego seguir las indicaciones que conducen al iglesia. La fuente está, rodeando el templo, por la parte trasera y bajando unas escalinatas.
GPS: 43º 32,931'   -8º 11,966'

Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"


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jueves

99. Taboadela, la fértil 'cama de San Juan'

A lo largo y ancho de la geografía gallega existen decenas de rocas que la tradición popular atribuye a 'camas de santos' (o vírgenes). Las leyendas las vinculan al paso de mismísimo santo por la localidad. Generalmente tienen formas caprichosas, están cerca de una ermita y se le atribuyen propiedades curativas o de propiciar la fertilidad. Visitamos en esta ocasión una de ellas, en la localidad ourensana de Taboadela (a pocos kilómetros de la capital), que se relaciona con San Juan y que cumple con todos estos requisitos. Incluso con alguno más.
Está situada junto a la capilla dedicada al santo, saliendo de la localidad en dirección Verín. Hay un desvío a la derecha en el kilómetro 17,3 (de la OU-40) que lleva directamente al monte dedicado a este santo.
Parte superior de la 'cama de San Juan'
La pista conduce a una gran explanada de aparcamiento y en una cota más elevada, a la que se accede a través de unas escaleras, está la pequeña iglesia y, aun más arriba, un monumento dedicado a la familia, junto a un modesto mirador.
El entorno está acondicionado para pasar un día de romería, ya que cuenta con mesas de piedra en el entorno e incluso hay un chiringuito en las proximidades.
Pero la 'cama de San Juan' está en la explanada, justo al lado de una sencilla estructura. Se trata de una piedra inclinada que, en la parte superior tiene un ligero bajorrelieve que simula -aproximadamente- una forma humana.
Como en tantas otras, las parejas que deseaban tener descendencia debían realizar el acto sexual sobre esta roca en una noche cualquiera. Pero si se hace en la noche de San Juan, el resultado será un hijo varón, según recoge la tradición.

GPS: 42º 14,439' -7º 49,238'

Hablé de este asunto en "A Tarde", programa de la Radio Galega:
http://www.crtvg.es/rg/destacados/a-tarde-a-tarde-do-dia-10-04-2020-4371822

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viernes

98. Pazos de Borbén, el santo no identificado



El lugar que visitamos hoy es sorprendente, no solo por la belleza del entorno y las increíbles vistas del mirador del monte de A Berra, sino porque en torno a un “santo” no identificado se celebra una romería muy popular en este rincón del municipio de Pazos de Borbén. La imagen en cuestión está colocada sobre una cruz de mediano tamaño que preside el mirador y fue hallada en unas excavaciones que se realizaron en el entorno.
La talla es muy sencilla y -a pesar de que tiene algo sobre los hombros que parece una capa, o unas alas de ángel-, no pudo ser identificado con ningún personaje del santoral. Podría ser la imagen de un obispo, un ángel o una deidad más antigua, ya que la imagen sugiere una talla de estilo románico.
Y, a pesar de no ser identificada, fue colocada en la cruz y a finales de agosto se celebra una concurrida romería, a pesar de no tener más nombre que “santo aparecido”.
Para llegar al mirador hay que tomar la carretera provincial 2703 y en O Pousiño hay un arco con el nombre de “santo aparecido” que conduce hasta la cruz donde se encuentra la talla.
No es el único lugar donde se veneran santos “no identificados”. Recuerdo que en una aldea cercana a la ría de Vigo se veneraba un santo que, con el tiempo, se descubrió que era una virgen. Se cambió el nombre de la fiesta y todo solucionado.  

GPS: 42.276604, -8.540263

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miércoles

97. La peña de los enamorados de Carballiño

Se aproxima San Valentín y por eso traigo una nueva leyenda de enamorados, de las muchas que existen en parajes de la geografía gallega. Esta historia la publiqué, algo más extensa, en el libro "50 lugares mágicos para enamorados", una recopilación imprescindible de las leyendas y mitos relacionados con el amor en la geografía ibérica.
Cuando recorres el paseo que acompaña al río Arenteiro, te envuelve un entorno mágico formado por los árboles, el sonido del agua que fluye y las piedras de formas caprichosas. Caminas unos metros, giras siguiendo el curso del río, y el paisaje vuelve a cambiar. Son otras las piedras, los árboles y los desniveles que dibujan otro escenario. Llega un momento en que ves un enorme macizo rocoso, con una forma extraña, y no te sorprende que alrededor de estas piedras hubiese nacido una leyenda de amor que aún se mantiene viva en la actualidad. Es la peña de los enamorados de Carballiño.
En este conjunto de rocas aún vive la historia romántica y trágica entre Marta, una cristiana de familia humilde, y Boán, un acaudalado pagano enamorado de la protagonista de esta historia. Cuenta la leyenda que Boán no creía en el dios de los cristianos, por lo que para lograr el amor de Marta no tuvo reparos morales en pagar a una sacerdotisa pagana para que preparara una pócima con la que enamorar a la joven cristiana. El brebaje que preparó la hechicera tenía un doble efecto, y así se lo advirtió al joven: solo funcionaría si la mujer deseada no sentía nada por él. De lo contrario, enloquecería al beberlo.
Boán ya había sido rechazado por Marta, aunque ella sentía lo mismo, ya que el joven pagano era de corazón bondadoso y se había ganado su amor. Simplemente lo rechazaba por su condición de cristiana. Es así que el joven enamorado se las arregló para que su amada probara el bebedizo, aunque los efectos no fueron los esperados. Tal y como había augurado la sacerdotisa, Marta enloqueció y, sin control de sí misma, se dirigió a lo alto de la piedra y se despeñó, acabando con su vida. Al enterarse de la muerte de su amada, cuenta la leyenda que el joven Boán, preso de la desesperación, también subió a lo alto de la peña y terminó con su vida, tal como lo había hecho la malograda Marta.
El relato transmitido de boca en boca durante años asegura que, en el entorno de la piedra, cuando sopla el viento, se puede escuchar el lamento del joven desafortunado. Quizá el relato de un amor entre paganos y cristianos oculta una historia que no es del todo imaginaria, ya que en el lugar existía una capilla dedicada, seguramente no por casualidad, a Santa Marta. Por otra parte el obispo San Martín Dumiense señalaba, en el siglo VI, que junto a esta roca se realizaban ritos paganos de fecundidad. 

Cómo llegar
Desde Carballiño hay que tomar la carretera OU-208. Después del kilómetro 6 hay un desvío hacia el restaurante Maquía. Desde el cartel indicador, junto al río, parte un camino a la derecha que llega a la Peña de los Enamorados, situada a menos de 100 metros.
GPS: 42º 35,426’ -8º 5,865’


Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"


Cerca de aquí puedes visitar:
88. O Bañiño de Arcos, las aguas que sanaron al can

domingo

El rito de ‘Medir con candeas’

Cuando salió a la venta ‘50 lugares mágicos de Galicia’, la romería de San Blas de Aguete (Marín-Pontevedra), que se incluye en el libro, se celebraba en el Pazo de Aguete, que es propiedad privada. En el libro cuento dos tradiciones que se realizaban en la capilla: la de los croques y la de Medir con ‘candeas’ o ‘cadeas’. Por motivos que no vienen al caso, desde hace unos años la cita con San Blas de Aguete se celebra en la iglesia parroquial de Seixo y no en la capilla del Pazo.
Actualmente, antes y después de los oficios religiosos, los vecinos más devotos del santo utilizan una pequeña imagen de San Blas para realizar los croques en la cabeza y pasan la imagen del santo por el cuello. Concretamente, dice la tradición que hay que pasar la imagen primero por la garganta, por el lado izquierdo, después por el derecho y luego dar tres croques encima de la cabeza. Cuentan que San Blas era médico de profesión y salvó a un niño de morir atragantado con una espina de pescado, por eso se pide su intercesión para problemas de garganta y cabeza.
Sin embargo, cuando la romería tenía lugar en el Pazo de Aguete, se realizaba un rito que no se celebró en las últimas ediciones y que llevaba el nombre de ‘Medir con candeas’, en el que un hilo cubierto de cera centraba una práctica que realizaban muchos fieles el día de la romería. Según explicó una vecina de la localidad, primero se compraban unas madejas de hilo grandes y, en el Pazo, se derretía la cera de las velas y de los exvotos ofrecidos al santo el año anterior. Los hilos se introducían en esa cera y luego se colgaban de cordeles en los jardines para que se secaran.
El día de San Blas, “el proceso comenzaba midiendo primero el alto por la parte delantera del cuerpo y con el mismo trozo de ‘candea’ se medían el cuello y el tórax. Si al afectado le dolía alguna parte concreta del cuerpo o la ‘ofrecía’ mediante un exvoto de cera (mano, pie, etc.), esa parte también se medía. Mientras, en cada medición se repetía una frase a modo de oración”, según explica una vecina.
Después, la medidora enrollaba la ‘candea’ y se le hacía un nudo. Se cogían unas piedras de la parte de fuera del recinto del Pazo, del camino real, “las colocaban pegadas al muro de fuera del recinto, aunque por la parte de dentro, y allí se quemaban para alejar los males, las enfermedades o los meigallos”, añade.
En el caso de que la persona hiciese la ofrenda para un familiar que no podía asistir, se llevaban la ‘candea’ para casa y se repetía el ritual de medir, enrollar el cordel, anudarla y quemarla junto con algún objeto de ese familiar.
Posiblemente, el nombre de ‘candea’ y la presencia de cera en este rito perdido desde hace unos años podría estar relacionado con la fiesta de la Candelaria, que se celebra un día antes que San Blas.

sábado

96. El Jesús de A Corticela

Un hombre deposita un pedido en la imagen
Visitamos en esta ocasión la capilla de A Corticela, integrada en la Catedral de Santiago. Se trata de un antiguo oratorio que fue destruido en el siglo IX por Almanzor y reconstruido dos siglos más tarde. Aunque en un principio estaba separado de la Catedral, posteriormente se integró en el templo. Se puede acceder por un pasadizo situado en el crucero norte.
En el tímpano tiene una representación de la adoración de los Reyes Magos, pero lo que nos interesa está entrando a la izquierda. Se trata de una representación de Jesús en el Huerto de los Olivos, hecha en granito policromado y que data del siglo XV.
La imagen en cuestión es famosa por las peticiones que se le realizan, especialmente jóvenes y estudiantes. Tantas, que en la parte inferior tiene un pequeño cesto de mimbre donde se colocan los papeles con los pedidos. Según hemos visto en varias ocasiones, los devotos dejan caer los papeles a través del hueco que forman los brazos de Jesús y apuntan para que el pedido caiga sobre la cesta, como una forma de reafirmar que el deseo se cumplirá.
Tumba sueva y pila bautismal
Es uno de los pocos ritos que aun se pueden realizar en el interior de la Catedral, desde que la columna del Pórtico de la Gloria está vallado y no se puede tocar (antes se pedían cinco deseos apoyando una mano en un hueco donde caben los cinco dedos).
En la misma capilla de A Corticela se puede ver una de las tumbas más antiguas del templo, de la época sueva. Este espacio de oración está dedicado especialmente a los extranjeros y los peregrinos, que oían misa en este recinto.
También llaman la atención las campanas del exterior, protegidas por vallas de hierro, lo que le impiden que cumplan con su función.

Este rito está incluido en mi libro COMPOSTELA MÁGICA

Saliendo de la catedral, en la Praza da Quintana, junto a la Puerta de los Reyes, puedes ver esto:
87. Compostela, la sombra del peregrino