Sobre la carretera nacional 525, junto al río Ulla, un
discreto desvío marca el camino. Pocos metros después, la pista se estrecha
tanto que apenas cabe un coche. Y prácticamente así se mantiene hasta llegar al atrio del Santuario de Gundián, un
lugar de curación de referencia en la comarca durante décadas.
Desde el atrio, rodeado de una amplia área recreativa, se
escucha por todos lados el sonido del discurrir del agua. Y no es solo que el
río Ulla pasa a pocos metros, sino que en las piedras y bajo el suelo fluyen
cursos de agua, algunos de ellos canalizados como fuentes.
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Fuente utilizada para el rito de curación |
El más importante de todos se encuentra en la propia pared
del templo, en el lateral que está hacia el río Ulla. Se trata de una fuente
que se encuentra coronada por una imagen de la virgen con el niño en brazos ,
esculpida en piedra y que evoca a las antiguas esculturas románicas. La imagen
que se encuentra actualmente es moderna, la antigua posiblemente perteneció al
monasterio de San Xoán de Cobas, que se encontraba al otro lado del río y que
una riada hizo que desapareciese por completo.
De todos modos, las aguas que mana esta fuente, canalizadas
desde el interior de la iglesia, se utilizaron durante décadas para curar todos
esos males de diagnóstico impreciso que afectaban especialmente a los niños y
que provocaban una alta mortalidad infantil. Así, el día de la romería de la
Virxe de Gundián, el 8 de septiembre, cientos de personas se reunían en este
lugar para completar el ritual sanador con las aguas de la fuente.
El rito sanador
Según explica Juan Fernández Casal en 'A Virxe de Gundián',
"los padres con sus hijos enfermos se ponen frente al manantial para dar
el baño curativo a los pequeños. Totalmente desnudos, le van echando agua por
todo el cuerpo. Las ropas que traían las tiraban por encima del cerco y le
ponían otras nuevas que traían preparadas. Estas ropas, en otros tiempos de más
necesidad eran aprovechadas por otros padres que aún no tenían niños enfermos...
(./.) Esta terapia se completa llevando al niño hasta la imagen de la Virgen para
que la bese, o al menos que le toque el manto. Para que no se roce el tocado de
la Virgen, había la costumbre de ponerle un mandil por delante. Al pie de la imagen
había una persona encargada de acercar a los niños hasta la santa". Y como
refuerzo de la terapia curativa llevaban para casa una botella del agua de la
fuente, por si hiciese falta. Los padres, agradecidos, dan una limosna a la
santa, pero era costumbre ofrecer a la Virgen el peso del enfermo en trigo, si
curaba los males".
El baño en la fuente de Gundián servía para curar ese amplio
abanico de males que se prescriben en la tradición gallega, como males de aire,
meigallos, enganidos, etc., además de otros relacionados con el habla y con el
labio leporino.
En las últimas visitas que hice a este santuario es posible
ver algunos sencillos exvotos, como flores o cintas, en la imagen que preside
la fuente.
La iglesia
El templo dedicado a la Virxe de Gundián es de estilo
barroco y de factura sencilla, con un pórtico con dos ventanas y una espadaña
con dos pequeñas campanas. La imagen del interior es de estética más moderna
que la de la fuente.
Llama mucho la atención que el pequeño templo está junto al
enorme viaducto que cruza el Ulla para posibilitar el paso del tren.
Y una última curiosidad. Si bien el templo se encuentra en
la provincia de Pontevedra, pertenece jurisdiccionalmente a la de A Coruña.
Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"
Cómo llegar:
42.78190256069665, -8.392564822088607
Cerca de aquí:
94. Vedra, la fuente de la reina Lupa