jueves

119. Lira. El agua bendita del castro de San Amaro

 En la parte más alta de la parroquia de Lira, en Salvaterra de Miño, se encuentra el castro de Lira o de San Amaro, nombre este último que toma el nombre de una pequeña ermita de piedra del siglo XVIII. No hay que confundirla con otra que está unos metros más abajo, que es prácticamente igual en tamaño y factura, pero que está dedicada a San Mateo.

A pocos metros de la ermita de San Amaro hay una gran losa de piedra al ras del suelo  en la que se pueden ver unas 'pías', que son protagonistas de la historia que queremos contar. Antaño, cuando se realizaba la romería en honor al santo, el agua de estas 'coviñas' era bendecida por el cura y con el líquido se realizaban aspersiones que permitían bendecir a las personas, pero también a los campos y al ganado, tres elementos importantes en la sociedad rural gallega.


Un poco más alejada del templo, a tan solo unos metros, hay una piedra que sobresale y que hace las veces de mirador sobre buena parte de la parroquia y de la comarca de O Condado, divisándose perfectamente el monte de San Nomedio. Esta roca tiene signos de haber sido trabajada y algunos consideran que se trata de un altar que formaría parte del castro. 

Y aún hay más.


Los túneles

Como todo castro que se precie, tiene sus leyendas relacionadas con los míticos 'mouros', seres omnipresentes en todos los rincones del rural gallego. En este caso, es casi "de libro" la relación entre el castro y los 'mouros'. Y es que dice el relato popular que el interior de este castro estaba cubierto de túneles hechos por estos personajes, pero los vecinos acabaron tapándolos porque el ganado se perdía en su interior. Los pasadizos llegaban hasta Taboaexa, en el concello de As Neves.

Lo cierto es que en toda la comarca se encuentran leyendas de túneles construidos por los 'mouros', como los que se adentran bajo el atrio de la ermita de la Asunción de Pesqueiras, también en Salvaterra, los que unen A Picaraña y el castillo de Sobroso, o los que discurren desde el castro de Troña (Pías) hasta el río Tea.

Cómo llegar:

42.153206303255104, -8.47313353292091

Qué más ver

viernes

118. San Sadurniño de Rus: la Pedra do Cú

En la medicina popular gallega hay remedios para todos los males. Hay piedras que curan los riñones, la espalda, los males del estómago y cualquier otro. Incluso hay para sanar algo tan común, pero que a veces se mantiene en privado, como son las hemorroides. Para eso está la Pedra do Cú (Piedra del Culo). Se trata de una pequeña roca, la única que emerge en el atrio de la iglesia de San Sadurniño de Rus (Carballo).

Para ponerla en funcionamiento solo es necesario sentarse sobre ella y, si se quiere, se deja una ofrenda en la propia piedra. Las más comunes son monedas o, incluso, velas encendidas. Y es que el asiento en cuestión no es precisamente algo cómodo para sentarse, quizá por aquello de que todo ofrecimiento a un santo necesita un esfuerzo. 

Monedas y restos de cera en la parte superior

La parte superior de la Pedra do Cú no es lisa, sino que tiene algunas partes algo afiladas, incómodas como para considerarla un asiento, y en el canal central es donde los devotos dejan sus ofrendas en forma de monedas o velas.

Eso si, si se quiere llevar con discreción lo de las almorranas, la iglesia se encuentra en un camino secundario y aislada de las casas, no solo por la distancia, sino también por la vegetación que rodea el templo.


Cómo llegar


Desde Carballo, se debe tomar la  DP-1914 durante 13 kilómetros hasta llegar a Empalme. En la rotonda, hay que tomar la AC-400, y tras 6,5 kilómetros tomar el desvío a la izquierda en la indicación de A Capela de San Sadurniño de  Rus.

43.136131481608246, -8.614751744436903




Cerca de aquí:

115. Monte do Pindo, ritos curativos en A Moa

117. Gundián, el agua milagrosa de la Virgen

Sobre la carretera nacional 525, junto al río Ulla, un discreto desvío marca el camino. Pocos metros después, la pista se estrecha tanto que apenas cabe un coche. Y prácticamente así se mantiene hasta  llegar al atrio del Santuario de Gundián, un lugar de curación de referencia en la comarca durante décadas.

Desde el atrio, rodeado de una amplia área recreativa, se escucha por todos lados el sonido del discurrir del agua. Y no es solo que el río Ulla pasa a pocos metros, sino que en las piedras y bajo el suelo fluyen cursos de agua, algunos de ellos canalizados como fuentes.

Fuente utilizada para el rito de curación
El más importante de todos se encuentra en la propia pared del templo, en el lateral que está hacia el río Ulla. Se trata de una fuente que se encuentra coronada por una imagen de la virgen con el niño en brazos , esculpida en piedra y que evoca a las antiguas esculturas románicas. La imagen que se encuentra actualmente es moderna, la antigua posiblemente perteneció al monasterio de San Xoán de Cobas, que se encontraba al otro lado del río y que una riada hizo que desapareciese por completo.


De todos modos, las aguas que mana esta fuente, canalizadas desde el interior de la iglesia, se utilizaron durante décadas para curar todos esos males de diagnóstico impreciso que afectaban especialmente a los niños y que provocaban una alta mortalidad infantil. Así, el día de la romería de la Virxe de Gundián, el 8 de septiembre, cientos de personas se reunían en este lugar para completar el ritual sanador con las aguas de la fuente.

El rito sanador


Según explica Juan Fernández Casal en 'A Virxe de Gundián', "los padres con sus hijos enfermos se ponen frente al manantial para dar el baño curativo a los pequeños. Totalmente desnudos, le van echando agua por todo el cuerpo. Las ropas que traían las tiraban por encima del cerco y le ponían otras nuevas que traían preparadas. Estas ropas, en otros tiempos de más necesidad eran aprovechadas por otros padres que aún no tenían niños enfermos... (./.) Esta terapia se completa llevando al niño hasta la imagen de la Virgen para que la bese, o al menos que le toque el manto. Para que no se roce el tocado de la Virgen, había la costumbre de ponerle un mandil por delante. Al pie de la imagen había una persona encargada de acercar a los niños hasta la santa". Y como refuerzo de la terapia curativa llevaban para casa una botella del agua de la fuente, por si hiciese falta. Los padres, agradecidos, dan una limosna a la santa, pero era costumbre ofrecer a la Virgen el peso del enfermo en trigo, si curaba los males".


El baño en la fuente de Gundián servía para curar ese amplio abanico de males que se prescriben en la tradición gallega, como males de aire, meigallos, enganidos, etc., además de otros relacionados con el habla y con el labio leporino.

En las últimas visitas que hice a este santuario es posible ver algunos sencillos exvotos, como flores o cintas, en la imagen que preside la fuente.

La iglesia

El templo dedicado a la Virxe de Gundián es de estilo barroco y de factura sencilla, con un pórtico con dos ventanas y una espadaña con dos pequeñas campanas. La imagen del interior es de estética más moderna que la de la fuente.

Llama mucho la atención que el pequeño templo está junto al enorme viaducto que cruza el Ulla para posibilitar el paso del tren.


Y una última curiosidad. Si bien el templo se encuentra en la provincia de Pontevedra, pertenece jurisdiccionalmente a la de A Coruña.





Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"



Cómo llegar:

42.78190256069665, -8.392564822088607


Cerca de aquí:

94. Vedra, la fuente de la reina Lupa