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111. Santa Comba das Pías, cura para (casi) todos los males

Siempre digo que muchos de los lugares donde se venera a Santa Comba son enclaves mágicos, donde la religiosidad cristiana se entremezcla con ritos y creencias paganas. Y aunque todos están dedicados a Columba -hay varias santas con ese nombre en el santoral católico-, en Galicia se asocia a Comba con un personaje casi mítico, que antes que santa fue bruja. Dicen las leyendas que participaba en aquelarres y otras cosas propias de las brujas, hasta que se encontró a Jesús en un camino. A partir de ahí adoptó las virtudes cristianas y se hizo santa.
El santuario de As Pías (Sobrado dos Monxes-A Coruña) cumple con los requisitos: piedras, árboles, aguas, e incluso la campana, son elementos mágicos en este lugar. Veamos.

El santuario


Carballo con la cruz y oratorio
Santa Comba das Pías está emplazado en un recinto muy amplio, con una gran carballeira y pocas casas en los alrededores. Un lugar ideal para situar un santuario. Si bien la iglesia es muy austera en su arquitectura, llama la atención un oratorio con la imagen de la santa que está cerrado con rejas, sobre las que cuelgan flores, medallas y otras ofrendas. Todo este conjunto, así como algunos de los cruceiros del entorno, fueron construidos a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Por esas fechas, la fama del lugar se vio potenciada por una bula del papa Inocencio XII, dictada en 1696, que otorgaba a los asistentes el jubileo perpetuo.


El carballo, la cruz y la pila

No
 pasa desapercibido un carballo centenario que tiene una "pía" rectangular de piedra a sus pies y que, en el tronco, tiene una llamativa cruz grabada. Es uno de los lugares donde se realiza uno de los muchos ritos de protección y sanación. 
Para cumplir con el rito, el devoto debe llenar primero la pila que está al pie del árbol con agua de la fuente santa. A continuación debe dar nueve vueltas al árbol y, en cada una de ellas besar la cruz grabada en el tronco y rezar un Padre Nuestro y hacer la señal de la cruz. Es necesario completar el rito para agradecer un favor concedido o para pedir alguna gracia.
Mucho más concretas son las propiedades de la campana, otra de las protagonistas de este santuario.


La campana, con los dientes


Si el devoto necesita solucionar un problema relacionado con las muelas o los dientes, la campana de Santa Comba das Pías es el lugar que marca la tradición. No es muy grande, lo que casi se agradece, debido a que todo "milagro" requiere una penitencia a cambio. En este caso, al que sufre de un dolor de dientes, debe hacer sonar la campana asiendo con la boca la cadena que está junto a la puerta principal.Que nadie se piense que este es un rito perdido desde que existen los dentistas. En mi última visita tuve oportunidad de charlar con personas que habían realizado este curioso ritual.
El agua de la fuente es otro de los elementos del santuario al que se le atribuyen propiedades beneficiosas. Y es -en todo caso- más agradable que el rito de la campana.



Agua para curar cabeza, garganta, vista y piel


Un pequeño sendero que parte desde el templo conduce a la fuente, situada en una cota más baja. En realidad, a casi todas las fuentes que están en un santuario se le atribuyen propiedades curativas, pero la de Santa Comba das Pías tiene amplios usos, que completan los anteriores. Así, la tradición recomienda beberla o mojar con un paño la zona afectada para sanar males relacionados con la cabeza, la garganta, la vista o la piel. Es frecuente ver junto a este manantial, como en otros muchos considerados milagrosos, pañuelos o telas secándose junto a la fuente, ya que cuando el paño que se utilizó para la curación se seque, el mal estará erradicado, según la creencia.







Esta entrada es un resumen de uno de los capítulos de "50 lugares sagrados de Galicia"


Cerca de aquí puedes ver:



El "pasteco" de San Cibrán de Tomeza

Rito de lanzamiento de piedras en San Cibrán de Tomeza

El capítulo 9 de "50 lugares mágicos de Galicia" se lo dedico al rito que se celebra cada lunes de Pascua en lo alto del monte Lusquiños, en torno a la capilla de San Cibrán de Tomeza (Pontevedra). Aunque en 2020 no se celebró por las restricciones de la pandemia del COVID 19, todos los años se congregan allí cientos de personas para participar en la romería, pasar por debajo de la imagen del santo y dar las nueve vueltas a la capilla, tirando en cada pasada una pequeña piedra al tejado. Este rito se celebra durante todo el día con el fin de ahuyentar el "meigallo" o quitárselo de encima. Los giros hay que hacerlos en sentido contrario a las agujas del reloj y el porqué de esta característica tiene dos interpretaciones. 
Algunos piensan que esta es una forma simbólica de retroceder en el tiempo, un pasado en el que el devoto se encontraba sano, por lo que deben darse las vueltas en sentido opuesto al de las manecillas del reloj. 
Otra interpretación, más en clave cristiana, es que girando en este sentido se mantiene el lado izquierdo -el más vulnerable a que entren los males- de cara a la capilla. Así se protege de la entrada de los males, que en la creencia popular "entran" en el cuerpo en forma de demonios.
En el libro también conté la historia de los "pastequeiros", esa estirpe de curanderos de la zona que ya está prácticamente extinguida, pero cuyo legado está relacionado con el rito que se celebra en San Cibrán cada lunes de Pascua. Y es que el rito de las nueve vueltas, antiguamente, tenía otras peculiaridades y se llamaba "pasteco".

El "pasteco" y el ramo

Con motivo de la realización del programa "Milenio" que hicimos Miguel Pedrero y yo para la TVG, pudimos charlar con María del Carmen Ligero, una vecina de Tomeza que recogió las antiguas tradiciones de la parroquia, especialmente las relacionadas con la ermita de San Cibrán. 
Según explicó, "antiguamente existía el 'pasteco de San Cibrán'. El día de la romería, en lugar de las piedras se tiraban nueve trozos de ajo, que se preparaban previamente. Además, se llevaba también una rama de carrasca, que se lanzaba en la última vuelta".
Otra de las tradiciones mágicas que se ha recuperado en la romería de San Cibrán es la de llevar un ramo hecho con unas plantas seleccionadas, que luego sirve para sanar diversos males. "El ramo de San Cibrán está compuesto por ruda, romero, malvarrosa, olivo y laurel, se bendicen por el sacerdote y se curan los males de piel quemando estas plantas y pasando la zona afectada por el humo que desprende", asegura María del Carmen Ligero.

Cuerno de Unicornio

Trozos de cuerno de "alicorno"
Otro de los elementos que aún se utilizan en Tomeza para sanar algunas dolencias es el "alicorno", atribuido al cuerno de un unicornio. María del Carmen Ligero heredó de su abuela uno de estos objetos y aún lo utiliza con fines curativos. Según explica, "se pasa cuando sale un sarpullido de un sapo o una sabandija y se recita un ensalmo mientras se va pasando el cuerno por la zona afectada, haciendo cruces". Los versos que se recitan hacen mención a las diferentes alimañas, y el ritual finaliza con un Padre Nuestro y un Ave María. "Después se mete el cuerno en el agua. Si hace burbujas, quiere decir que el mal es el veneno de un animal", añade.
Quizá ya no existan los pastequeiros como tales, pero su legado permanece vivo en los ritos que se celebran cada lunes de Pascua en la ermita del monte Lusquiños. También en las creencias y conocimientos mágicos que aun viven en los vecinos de las parroquias de  Tomeza y Bértola.
En el programa "Milenio" de Televisión de Galicia dedicamos un reportaje a los pastequeiros. Puedes verlo aquí:



No muy lejos de aquí puedes visitar otro lugar relacionado con Santa Comba en el que también se celebran ritos mágicos.

59. Santa Comba de Rebordelo, contra el meigallo